Inaugurado en 1997 con 63 piezas por Sigurdur Hjartarson, historiador y coleccionista de penes desde los años setenta, el museo hoy está dirigido por su hijo, Hjortur Sigurdsson.
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En 2011, la colección familiar se enriqueció con un pene humano, donado por un hombre islandés muy mujeriego y fallecido a los 96 años.
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Se sumaría así a los demás ejemplares, conservados en líquidos o secos, y expuestos al público junto a 350 obras de arte.
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Una visita al museo del pene de Reikiavik en Islandia, permite constatar que en ese rubro la variedad de formas y tamaños no tiene límites, del invisible apéndice de los elfos al monumental miembro de un monstruo marino.
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Los turistas deambulan risueños en la amplia y luminosa sala donde penes de todo tipo, forma y tamaño se codean con obras de arte y artefactos con forma de miembro viril, desde un tótem a un teléfono.
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El silencio no hace parte de este museo, pues los visitantes observan las curiosidades expuestas con una sonrisa en los labios y comentan abundantemente sus descubrimientos entre los 286 especímenes biológicos expuestos.
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Apropiadamente llamado en inglés "Sperm Whale" (ballena de esperma), el cetáceo ostenta un pene de 1,70 metros: 75 kilos de carne, conservados en formol y presentados en un enorme tubo de acrílico a la entrada del museo.
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Algo es seguro,un 99% de los visitantes son más felices a la salida que a la entrada. Pueden incluso llevarse de recuerdo un paquete de pastas con forma de pene.
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Desde el de un hombre hasta el monumental miembro de un monstruo marino se pueden encontrar en el museo dedicado al órgano masculino.