La familia real publicó una fotografía de la monarca, previa al discurso que ofrecerá el 25 de diciembre. Muchos se preguntan dónde están Meghan y Harry.
La reina Isabel II de Inglaterra centrará su mensaje de Navidad en el "camino de baches" que ha afrontado el Reino Unido y la realeza, como el accidente de tráfico del duque de Edimburgo, según extractos del discurso que fueron adelantados.
Isabel II destacará en su mensaje -que será emitido por televisión y radio en la tarde del día 25- en evocar un mensaje de unidad, después de unos doce meses marcados por la crisis del país por su salida de la Unión Europea (UE).
A esto se suman los revuelos mediáticos de la familia real este año, a raíz de la polémica por la amistad entre el príncipe Andrés, duque de York, segundo hijo varón de Isabel II, y el multimillonario estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de tráfico y abuso sexual de menores.
Durante su discurso, grabado hace unas semanas en el castillo de Windsor (a las afueras de Londres), la reina pondrá énfasis en que "los pequeños pasos pueden lograr grandes cambios" y que con "fe y esperanza" se pueden transformar "divisiones profundamente arraigadas" en "armonía y comprensión".
A mediados de octubre, en un documental del canal británico ITV, los duques de Sussex, Harry (hijo menor del príncipe Carlos, heredero del trono británico) y Meghan, hablaron abiertamente acerca de lo que supone ser parte de la familia real y de las repercusiones que esto conlleva.
Pero el acontecimiento que supuso un deterioro en la imagen de la monarquía británica fue la reciente entrevista que concedió el príncipe Andrés a la BBC para hablar de su amistad con Epstein, quien se suicidó este año en prisión mientras esperaba un juicio por presuntos delitos de tráfico sexual de menores.
En la entrevista, el duque hizo una serie de declaraciones que han sido muy duramente criticadas por considerar que no mostraban ninguna empatía hacía las víctimas de Epstein.
El discurso de Isabel II fue grabado después de las pasadas elecciones del 12 de diciembre, pero antes de que su esposo, el duque de Edimburgo, de 98 años, fuera hospitalizado en Londres por complicaciones en su estado de salud.