La Iglesia católica descartó la veracidad de la supuestas "apariciones" anunciadas por una "vidente", que aseguraba haber visto a la Virgen y haber asistido a sus milagros en Italia,
un caso que atrajo a numerosos peregrinos a un pueblo al norte de Roma.
Tras una investigación de casi un año, la diócesis de Civita Castellana, un municipio al noroeste de Roma, "decretó el carácter no sobrenatural de los hechos" ocurridos en Trevignano Romano, según un comunicado.
Desde hace varios años, Gisella Cardia, una siciliana de 54 años, afirma tener la piel marcada por estigmas y comunicarse directamente con la Virgen. El caso, muy mediatizado, ha atraído a cientos de peregrinos, que cada mes acuden a ese pueblo para rezarle a una imagen de la Virgen, cerca del lago de Bracciano.
Ante la magnitud del caso, la diócesis inició una investigación en abril de 2023, después de que numerosos vecinos, hartos del vaivén incesante de devotos, denunciaran una "estafa gigante".
Tras una "atenta" evaluación del caso, "escuchar los testimonios en el lugar y haber consultado a una comisión de expertos", incluido un psicólogo y un experto en la Virgen María, la diócesis "decretó el carácter no sobrenatural de los hechos en cuestión", indicó su obispo, Marco Salvi.
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El caso fue de boca en boca y, gracias al éxito cosechado, Gisella Cardia fundó una asociación que le granjeó un jugoso negocio alimentado por los donativos individuales.
Cardia, una exempresaria condenada en 2013 por quiebra fraudulenta, aseguró que había visto la imagen de la virgen llorando lágrimas de sangre y que había asistido a una multiplicación de pizzas y ñoquis, como en el "milagro de la multiplicación de los panes" que se describe en el Evangelio.
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El decreto de la diócesis, consultado por AFP, destaca "numerosos errores teológicos" en los mensajes relatados y la "contradicción" de sus testimonios.
Desde el llanto de la Virgen de las Lágrimas de Siracusa (Sicilia) en 1953, la única oficialmente reconocida por un papa con un mensaje de Pío XII, son incontables los fenómenos del mismo tipo en torno a estatuas de la Virgen María, Cristo o santos en Italia, donde el 74,5% de los 59 millones de habitantes son católicos.
En estos casos, la Iglesia católica se mantiene muy prudente y deja que cada diócesis se pronuncie de manera individual.