En medio de las crecientes tensiones raciales en Estados Unidos, el presidente Donald Trump firmó su esperada orden ejecutiva con la que busca calmar los ánimos y evitar los abusos en la Policía, que también pasa momentos difíciles como institución por la renuncia de varios uniformados.
De acuerdo con el líder político, con esta medida habrá un viraje en el accionar de la institución. Se restringe la técnica de asfixia que terminó con la vida de George Floyd.
“Como parte de este nuevo proceso se prohibirán los estrangulamientos, excepto si la vida del oficial está en riesgo”, precisó Trump.
La orden también insta a los departamentos de Policía a fortalecer su base de datos sobre quejas por uso excesivo de la fuerza y da más recursos para actualizar los entrenamientos de los oficiales.
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Otra de las medidas es mayor control a los uniformados, justamente esta es una de las principales razones de las movilizaciones, pues se conoció que el policía Derek Chauvin tenía 17 quejas disciplinarias antes del homicidio de Floyd y que Garrett Rolfe, quien le quitó la vida a Rayshard Brooks, tenía 13 quejas, una de ellas por exceso de fuerza.