Cada vez con menos esperanza de hallar vida bajo los escombros, Ecuador anunció drásticas medidas económicas y mayores impuestos, en particular a las grandes fortunas, para encarar la larga y costosa reconstrucción de las zonas afectadas por el potente sismo del 16 de abril.
El sismo, el peor desde 1979 con más de 500 muertos y 5.000 heridos, inicialmente destruyó unos 800 edificios, afectó 600 edificaciones, dañó numerosas carreteras e hizo colapsar la infraestructura en zonas turísticas, un duro golpe para este país dolarizado y severamente azotado por la caída del precio del petróleo.
Para paliar la situación, el presidente Rafael Correa, que calculó los daños en 3.000 millones de dólares, "dos o tres puntos del PIB", anunció el miércoles el aumento de dos puntos del IVA (de 12% a 14%) durante un año y aportes salariales obligatorios de un día de sueldo por cada mil dólares mensuales de salario.
"Si se gana mil, se contribuirá un día tan solo un mes. Si se gana dos mil, un día durante dos meses, hasta quienes ganamos más de 5.000, que contribuiremos un día durante cinco meses", precisó el mandatario en mensaje por radio y televisión pública.
Además, anunció "una contribución por una sola vez del 3% adicional sobre utilidades", así como "una contribución por una sola vez del 0,9% sobre personas naturales con patrimonio mayor a un millón de dólares".
Y aunque más temprano había asegurado que su país está "mucho más preparado" que antes para enfrentar este tipo de tragedias, en su mensaje a la nación señaló también que el Estado "buscará vender" algunos activos "para superar estos momentos tan difíciles", aunque no especificó cuáles, y dijo que evalúa emitir deuda.
Estas medidas se suman a inminentes alzas de impuestos, entre otros a la cerveza y a los cigarrillos, que están por aprobarse en la Asamblea Nacional, en un país con grandes necesidades de financiamiento y que además debe afrontar millonarios vencimientos de deuda en 2016.
"El tema del terremoto le permite (al gobierno) hacer mucho más aceptable para la población este tipo de incrementos impositivos, que le van a ayudar a pasar de mejor manera el año", explicó a la AFP el economista Alberto Acosta.
"Además, con el terremoto se activan líneas de contingencia, como los 600 millones de dólares ya anunciados, pero después también hay donaciones de gobiernos y otro tipo de fondos que pueda conseguir", agregó Acosta, de la consultora Grupo Spurrier.
"Huele a muerte"
A medida que pasan los días, crece la angustia de los sobrevivientes por hallar a sus familiares, mientras entre los rescatistas la esperanza de encontrar vida se reduce.
En el puerto de Manta, unos 180 km al sur y también muy golpeado por el sismo, una brigada de bomberos rebusca entre los escombros de lo que fue una ferretería en el barrio de Tarqui.
"Aquí huele a muerte, a pesar de la pintura", exclama uno de ellos, con la cara oculta bajo una máscara blanca y gafas grandes.
De hecho, el olor a cadáver en descomposición flota por todas partes en esta zona comercial, situada en primera línea de mar y donde no queda ni un edificio intacto.
"No estamos perdiendo la esperanza de encontrar personas con vida. Pero después de más de 72 horas ...", admite a la AFP el teniente coronel Marco Antonio Artica, que aterrizó la víspera de Honduras a la cabeza de 18 bomberos voluntarios.
El último balance oficial cifró en 570 los fallecidos. Además, hay 5.733 los heridos.
En varias localidades de la costa, sobre todo en el estado Manabí (oeste), el mal estado de las carreteras dificulta la distribución de ayuda y el temor a saqueos y la inestabilidad de los edificios mantiene los comercios cerrados.
En la carretera de Pedernales (epicentro) a Cojimíes, un hombre de avanzada edad atravesó un tronco en el asfalto para llamar la atención con un cartel hecho con viejos cartones: "Queremos comida".
Ecuador ha recibido ayuda de varios países, entre estos Colombia, Cuba, Venezuela, España, Estados Unidos, Perú, México y Bolivia.
La cumbre de presidentes de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), prevista para el próximo en sábado en Quito, quedó suspendida "temporalmente".