Al menos 3.500 casas y negocios fueron consumidos por las llamas. Hectáreas enteras de las famosas regiones vinícolas también desaparecieron.
"Ésta es una catástrofe crítica y grave. No vamos a salir del bosque por varios días", aseguró el jefe de los bomberos de California, Ken Pimlott.
“Todavía estamos impactados por cinco años de sequía", dijo. "Estamos hablando de una vegetación explosiva".
Once de las muertes ocurrieron en el condado vinícola de Sonoma, uno de los más afectados por el fulgurante avance del fuego y donde continuaban las evacuaciones.
Otros seis perdieron la vida en el condado de Mendocino, dos en el de Napa, y dos en Yuba.
Pimlott apuntó que se espera que la cifra de muertos aumente: “en Sonoma hay aún 200 personas en paradero desconocido”.
Los bomberos de California explicaron en su cuenta de Twitter que 22 incendios arrasan actualmente el estado y que ya han quemado 69.000 hectáreas.
El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró este martes el estado de catástrofe natural, liberando recursos federales para atender la emergencia desatada sobre el estado más poblado del país.
Barrios enteros en Santa Rosa, una ciudad de 175.000 habitantes en Sonoma, 90 km al norte de San Francisco habían quedado reducidos a cenizas.
Aún no hay señales de que las llamas cedan
La Policía de Santa Rosa advirtió en Facebook que los servicios meteorológicos prevén un "retorno de los fuertes vientos en la región a partir del miércoles por la noche (...) hasta el jueves por la mañana".
"Esta evolución crea condiciones extremadamente peligrosas para los bomberos", subrayó.
Pimlott dijo que 73 helicópteros, 30 aviones y cerca de 8.000 bomberos están desplegados en los esfuerzos para combatir el fuego, mientras que 324 camiones apagafuegos y otros 60 equipos de bomberos estaban en camino desde otros estados para prestar asistencia.
El ejército también ha sido desplegado con 700 efectivos participando en las labores y otros 1.800 movilizados.
Updated: octubre 11, 2017 10:41 p. m.