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Una mujer de 39 años de Kings Langley, Inglaterra, está enfrentando una de las situaciones más difíciles para una madre: pensar que esta podría ser la última Navidad que pase con sus hijos de 8 y 4 años. Esto porque ha sido diagnosticada con cáncer de mama en etapa terminal, luego de que confundiera sus síntomas con dolores de la lactancia.
A finales de 2022, cuando su hijo menor todavía era un bebé, la enfermera Angel Madu empezó a sentir molestias en su pecho. La mujer pensó que se debía a la lactancia, la crianza o el estrés laboral, por lo que en un principio decidió ignorar los síntomas.
Tras varias semanas con dolor, finalmente decidió consultar a su médico de cabecera temiendo que se tratara de algo más grave. El profesional de la salud decidió enviarla a una clínica de mama por seguridad y esa misma semana Angel Madu se enteró que tenía cáncer de mama en etapa dos.
"Algo dentro de mí me dijo: 'Ve a comprobarlo'. No le di mucha importancia, y el especialista tampoco; simplemente pensamos que era por la lactancia materna de mi hijo. No me lo esperaba porque estoy en forma como un caballo. Nunca me enfermo. Cuido mucho mi salud y mi alimentación", recordó la mujer en diálogo con The Mirror.
Con el diagnostico confirmado y dos pequeños hijos, la enfermera emprendió un camino marcado por una cirugía y sesiones de quimioterapia para hacerle frente a la enfermedad. A pesar de esto, el cáncer avanzó en su cuerpo, llegando a otros órganos en 2024 y alcanzando una etapa terminal en este 2025.
Los médicos le han explicado a la mamá que la enfermedad llegó a su hígado, pulmones, huesos y ganglios linfáticos, pasando en cuestión de dos años a etapa cuatro, un cáncer incurable. A pesar de ello, este último año Angel Madu ha probado diferentes tratamientos para seguir acompañando a sus hijos.
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Sin embargo, este mes de diciembre el NHS le informó que ya no tienen más tratamientos para ella, por lo que los médicos le dijeron que le quedan días o semanas de vida y que, posiblemente, esta sea la última Navidad que pasa con su familia. "Fue un shock. Intento ser positiva y concentrarme en la esperanza, pues aún tengo aliento. Cada día es una bendición. No me rendiré en la lucha. ¿Cómo puedes comprender que te digan que vas a morir? Mi miedo es dejar a mis hermosos hijos sin madre", señaló.
Ese espíritu luchador y sus ganas de seguir junto a sus hijos llevaron a Angel Madu y a su esposo a buscar oportunidades de tratamiento en el extranjero. Este 23 de diciembre, viajó a México para recibir un tratamiento oncológico especializado, su "última oportunidad de recuperarse". La terapia dura un año y debe empezarla de inmediato si quiere que sus esperanzas de vida aumenten.
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El único problema del tratamiento es que cuesta 75.000 libras, un precio que a la familia inglesa le queda difícil asumir con la crianza de dos hijos pequeños, los gastos médicos que ya han realizado en los últimos años y ahora la manutención a miles de kilómetros de casa. Es por eso que la iglesia a la que pertenece la familia lanzó una campaña de recaudación de fondos para ayudar a la enfermera y reunir 30.000 libras esterlinas.
"Nuestras finanzas se han visto muy afectadas desde 2023, ya que no he podido trabajar. Ha sido realmente muy caro, así que no sabíamos cómo íbamos a reunir el dinero suficiente para seguir adelante con esta esperanza. Tuvimos suerte de conseguir un espacio este año, pero el único inconveniente es que hay que pagar todo antes de que empiecen", señaló la enfermera.
Angel Madu sacrificó la que podría ser su última Navidad con sus hijos, quienes se quedaron en Inglaterra al cuidado de algunos familiares, con la esperanza de que este tratamiento le permita pasar junto a ellos muchas festividades más. "Descubrir este tratamiento realmente le dio a mi familia la esperanza de levantarse y luchar de nuevo", aseguró.
MARÍA PAULA GONZÁLEZ
PERIODISTA DIGITAL