“Empujan a la gente a los rieles, atracan, se meten a los vagones”, dicen venezolanos del servicio. Hay cuatro detenidos por ataques de los últimos días.
Uno de los artefactos fue arrojado el viernes a primera hora de la mañana en el andén de la estación de Petare, enorme barriada popular del este de la capital venezolana. El otro había sido lanzado el lunes en la de Plaza Venezuela, donde se enlazan las principales líneas del estatal servicio de transporte subterráneo.
"Nuevamente hemos sido víctimas de un acto terrorista en nuestras instalaciones (...). Fue activado un artificio lacrimógeno", denunció este viernes en Twitter Metro de Caracas, que transporta a diario a unos dos millones de usuarios.
Con apoyo de policías y militares, personal de la empresa desalojó la estación de Petare y una media hora después, cuando los gases se habían despejado, reanudó las operaciones.
Cuatro personas "presuntamente involucradas" fueron capturadas por los cuerpos de seguridad y "están bajo el proceso de investigación", agregó Metro de Caracas sin dar mayores detalles.
Nadie se ha acreditado la autoría de los sucesos, que coinciden con momentos de tensión política en Venezuela y una severa crisis socioeconómica.
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