Medidas de seguridad acordes a visitas de jefes de Estado, caravanas de carros oficiales escoltados y el silencio de autoridades alimentaron la hipótesis.
La misión de los funcionarios que llegaron a Pyongyang, es convencer al dirigente norcoreano de dialogar con EE. UU. para disminuir la tensión binacional.
"El vicepresidente estaba listo para (…) abordar la necesidad de que (el país) abandone programas de misiles balísticos y nuclear": portavoz norteamericano.