Soacha fue el anfitrión del último encuentro navideño de Noticias Caracol y Pepe Ganga, un homenaje a más de 600 trabajadores de la salud y a sus hijos.A través de regalos para sus hijos se rindió un homenaje, pero antes de llegar al hospital este medio los visitó en sus casas, hasta donde llevó obsequios.Uno de los lugares visitados fue el hogar de Karen Ginneth Cruz, una auxiliar de enfermería que superó el COVID-19. Su hija juliana, de 6 años, recibió el regalo, agradeció y dio un bello mensaje.Otra de las historias fue la de Luz Mireya, auxiliar de servicios generales que también le ganó la batalla al coronavirus.Ya en el hospital, habló el psicólogo que diseñó la estrategia para que los pacientes con COVID-19 puedan mantener comunicación con sus familias. Su nombre es Jorge Hernández.Y por último, fue entrevistado Juan Camilo Moreno, quien en su año rural sigue enfrentando duras jornadas tomando muestras y atendiendo pacientes.
El homenaje de Encuentros Navideños, que hacen Noticias Caracol y Pepe Ganga, en esta ocasión llegó a los más de 600 trabajadores del Hospital Mario Antonio Yanguas de Soacha.Cada uno de ellos ha puesto el pecho para enfrentar al COVID-19, como Karen Ginneth Cruz, una joven enfermera que terminó contagiada.“Fueron 15 días en los que no la pude ver, sentía miedo de despertarme y no poder levantarme, en muchos momentos me sentía ahogada, no podía respirar. Sentía miedo de no poderla volver a ver”, dice Karen Ginneth.Su hija Juliana tiene 7 años y la suerte de que su mamá se haya recuperado de la enfermedad para acompañarle en esta Navidad.Igual fortuna tienen los tres nietos de Luz Mireya, una auxiliar de servicios general que también superó la enfermedad.Sin embargo, hay quienes no tuvieron el mismo destino.Según el psicólogo Jorge Hernández, son aquellos que tardaron en consultar y a quienes tuvo que prestarles el servicio de acompañamiento para que en medio de la agonía pudieran decirles adiós, así fuera con una seña, a sus familiares.Él es el encargado de un novedoso protocolo de atención para pacientes que entran al área de aislamiento respiratorio.
Alfredo Jaramillo Cañas lleva 15 años trabajando en el hospital Erasmo Meoz, en Cúcuta. Es auxiliar de enfermería y asegura que el 2020 ha sido el año más difícil de su carrera.“Llevamos muy extendida esta pandemia, dificultades, muchos familiares se nos han ido, compañeros, médicos”, señala.En su lucha ha logrado mantenerse sano, pero el virus no da tregua y le quitó a su padre, que falleció por el coronavirus COVID-19, luego de permanecer en una UCI, ese lugar en el que Alfredo pasa la mayor parte de sus días.“Nos toca doblarnos de turnos, todo se hace difícil, alejarnos de nuestros hijos, nuestros seres queridos, debido a la pandemia, porque somos de alto riesgo”, afirma.Cada uno de estos valientes trabajadores de la salud ha vivido su propia batalla. La doctora Gisela Puentes, cirujana plástica reconstructiva, tiene el privilegio de contar como venció al coronavirus gracias a sus colegas. Aunque ahora está con oxígeno, se encuentra estable.“Ayer cumplí años y ella (su hija) me llamó, fue un regalo de Dios muy lindo que me dio fortaleza para seguir luchando y cubriéndola”, asegura.La doctora Gisela sabe que debe cuidarse y cuidar a los suyos, por eso, mantiene un protocolo al llega a su hogar.“En el carro tenemos calzado adicional, nos retiramos la bata, al subir al apartamento, tenemos una bata, nos retiramos toda la ropa”, cuenta.Junto a Pepe Ganga, Noticias Caracol llegó con los Encuentros Navideños a Cúcuta y les rindió un homenaje a estos héroes, sacándoles, con obsequios, una sonrisa a sus tesoros más preciados: sus pequeños hijos.
Los Encuentros Navideños llegaron hasta Bucaramanga para agradecer al personal de la salud y todos los que están apoyándolos en la primera línea de batalla frente al COVID-19.Desde el Hospital Universitario de Santander la enfermera Laura Andrea Salazar, quien se contagió con coronavirus en medio de sus labores, narró que los difíciles momentos que ha pasado durante estos meses de pandemia.“Uno siempre va a querer estar con sus hijos, con su familia, pero en pro de garantizar su estabilidad y seguridad nos toca aislarlos obligatoriamente”, comentó.Otra de las historias de destacar es la de María Hilda Arenales, vigilante del centro médico, que además de hacer un esfuerzo grande por cumplir a cabalidad sus labores, debía mantenerse a salvo para evitar que sus hijos y esposo se contagiaran del virus.“No nos rendimos, siempre con la cabeza en alto”, dijo.Como en todo el mundo, ellos no solo han tenido que separarse de sus familias, también han pasado horas despiertos siendo los ángeles de sus pacientes.“Hay que cuidarnos, mantener núcleos familiares estrechos y de esta forma vamos a prevenir el contagio de la enfermedad”, es el llamado del médico Germán Acevedo.Durante la semana, Noticias Caracol y Pepe Ganga entregaron más de 300 regalos para alegrar a los hijos de estos héroes que, con paciencia, los han esperado en casa.
Nicolás Herrera Medina, el hijo de Jessica Medina, tiene un pedido particular de Navidad: ““Le pido al niño Dios que mejore a mi mamá”.Ella se desempeña como auxiliar de servicios generales del Hospital Universitario San Jorge de Pereira, un centro asistencial que atiende a pacientes del Eje Cafetero, y en medio de sus labores terminó contagiada con coronavirus.Por eso está aislada y en su casa recibió a Noticias Caracol y Pepe Ganga, que quisieron rendirle un homenaje a ella y a sus compañeros por la entrega y dedicación en la lucha contra la enfermedad.Fue en el San Jorge donde se dieron historias como la de Leonilde Aguirre, una mujer de 99 años y 10 meses de edad que superó el COVID-19 luego de haberse visto en una UCI.
Como una heroína, así describen Verónica y Braidis a su madre Gladys Guerrero, una de las auxiliares de enfermería que trabaja en el área de urgencias del hospital Niño Jesús de Barranquilla, desde donde ha sido testigo de las dolorosas consecuencias del COVID-19.Noticias Caracol y Pepe Ganga quisieron rendirle un homenaje a través de Encuentros Navideños.Gladys es una valiente y poderosa mujer que aún con miedo le puso el pecho al COVID-19, con vocación en su labor como enfermera.“Sentí miedo, porque soy madre soltera. Soy todo para mi mamá, para mis hijas, y es un riesgo que tomé, pero que al mismo tiempo me satisfacía por atender los pacientes por brindar lo que yo sé, por brindarle algo a ese hospital que me acogió desde hace 11 años”, cuenta.Lastimosamente, el virus frenó por un tiempo su misión atendiendo pacientes, y se convirtió en una, pero por fortuna, sin complicaciones.Gracias a todos los cuidados que mantienen, tanto su madre como sus hijas han salido bien libradas de este proceso. Por eso, Noticias Caracol y Pepe Ganga les dieron un reconocimiento.Con todo lo que ha tenido que pasar, Gladys es prácticamente una autoridad para recomendar lo siguiente: “Tenemos que concientizarnos de que el virus existe y que nos podemos morir. Mucha gente ha perdido familiares, y de eso hay que aprender y reflexionar. Hay que pensar que mucha gente perdió la vida por eso y que depende de nuestro autocuidado y nuestro cuidado. La Navidad es muy bonita, pero si la vivimos bien, en nuestras casas, encerrados, cuidándonos, vamos a tener muchas navidades”.
Los Encuentros Navideños de Caracol Televisión y Pepe Ganga llegaron esta vez al hospital Niño Jesús de Barranquilla. Todo cambió en esta población en 1954 gracias a las hermanas de la caridad Santa Ana.Para la hermana Petra Pérez, representante de estas religiosas, “esta pandemia es vivir el amor. Para nuestra centralidad en Cristo es el amor. Dios es amor, es el motor que nos mueve cada día a servir a las personas necesitadas en ginecología, en pediatría, en cada una de las actividades que hacemos, siempre está esa fe puesta”.Envió un mensaje a quienes han sufrido por el coronavirus: “cada una de las personas en el mundo, en Colombia, en Barranquilla que han perdido a sus seres queridos que no se sientan solos, Dios siempre está con nosotros”.Javier Diago, coordinador de Pediatría del hospital Niño Jesús explica que, si bien los niños han sufrido en menor medida la pandemia del coronavirus, no hay que desatender ese y otros aspectos.“No descuidemos los controles de los niños, se disminuyeron los controles. Patologías que se pueden diagnosticar a tiempo llegaron tarde. No hay que descuidar el esquema de vacunas”, es su mensaje.
Llegar hasta Malambo, Atlántico, para compartir con Grisy Ballestas y su hija Daniela un regalo es una forma de agradecer, a través de la alegría de su pequeña, toda su fortaleza y sacrificio en medio de la pandemia del coronavirus COVID-19.El virus la golpeó duramente a ella y a su familia y aun así nunca le faltaron fuerzas. En cuanto pudo, retomó su trabajo y continuó la batalla velando por la salud de otros.“En mi caso particular, sí llegó a la casa, me contagié yo, se contagió mi hija. Fueron momentos también angustiosos porque en esos momentos mi papá también cayó enfermo”, afirma.Perder a su padre y a un primo en manos del devastador coronavirus fue para Grisy una de las lecciones más duras en medio de la pandemia.“En lo personal, aprendí a valorar a las personas. Muchos no valoramos lo que tenemos y nos da duro cuando lo perdemos, porque no les damos todo el amor, toda esa atención, toda esa comprensión que verdaderamente necesitan las personas”, anota.Pero, por un instante, su nostalgia quedó atrás ante la reacción de Daniela con su regalo, que llegó de la mano de los Encuentros Navideños, liderados por Pepe Ganga y Caracol Televisión.
La IPS Universitaria León XIII es el hospital con mayor capacidad de cuidados intensivos en Medellín, por eso -en medio de la pandemia- su equipo médico recibe población vulnerable de la ciudad y otras zonas del departamento de Antioquia. Noticias Caracol y Pepe Ganga visitaron a estos héroes, que libran una batalla día a día contra el coronavirus, para agradecerles por su labor. Ellos participaron en los Encuentros Navideños.“Lo más complicado es mantener el ánimo arriba de todos los trabajadores que están al frente en la atención de la pandemia, cuando muchas veces nos sentimos maltratados por la indolencia de la sociedad”, aseveró Carlos García, médico y director de salud de la IPS Universitaria León XIII.Lorena San Martín libró esa pelea desde la primera línea. Durante cinco meses hizo de todo para salvar vidas y no contagiar a su pequeño que sufre de discapacidad cognitiva.“Me tocó aislarme de mi hijo de cinco meses porque mi bebé tiene una condición muy especial y me daba mucho susto llegar a mi casa”, manifestó esta valiente auxiliar de enfermería.Para el personal de la salud, su familia es una recarga de amor y energía para continuar, por eso la protegen y temen contagiarla.A Yuliana Peláez, por ejemplo, le tocó cambiarse de casa porque sus hijos y abuelo tienen condiciones de comorbilidad.Robert Taboada, por otra parte, no se ha dejado gobernar por el miedo que trae consigo esta pandemia; su principal motivación es su pequeño, quién recibió feliz el regalo que le entregó Pepe Ganga.“Son momentos muy tristes ver esas familias, esos papás que se despiden de sus hijos, hermanos, de todos, y que en muchos casos terminan siendo el último mensaje para las familias porque muchos de esos pacientes que salen, fallecen”, dijo.Y Damaris Marín Aguirre, enfermera jefe de esta institución, tampoco ha sido ajena a esas batallas libradas, unas con éxito y otras con mucho dolor.“Al principio de la pandemia, llamamos a la familia de un taxista para decirle que iba más o menos en recuperación, y al otro día tuvimos que repetirle la llamada a esa familia con un diagnóstico fatal. Es muy triste saber que esa niña de 8 años que quedó, no podía volver a ver a su papá”, recordó.
Los Encuentros Navideños llegaron a Bogotá, más exactamente al Hospital de Kennedy. La idea es rendir un homenaje al personal médico y de salud, quienes le han puesto el pecho a la emergencia sanitaria que ocasionó el coronavirus COVID-19.Este centro hospitalario es uno de los que más ha sufrido el embate de la pandemia, pues sus instalaciones tienen hospitalizados al 13,7% de los contagiados con la enfermedad que residen en Bogotá.Para Freddy Harvey Rodríguez, auxiliar de enfermería, lo más difícil de la pandemia ha sido “ver a nuestros compañeros enfermos”.Esperanza Puerto fue una de las que más disfrutó de los Encuentros Navideños. Ella es una guerrera que se levanta a las 4 de la mañana para atender a sus hijos, luego toma su bicicleta, llega al hospital y comienza sus labores en la unidad renal.“Atender la primera línea del COVID-19 no ha sido fácil, esto por las extenuantes jornadas de trabajo”, dice Esperanza.Jaider Andrés Cely, su hijo, afirma sentirse orgulloso, pues su madre le pone el pecho a la brisa y salva vidas.En el Hospital de Kennedy son más de 800 colaboradores los que dan respuesta a toda su capacidad operativa en medio de esta emergencia. Los Encuentros Navideños les llevaron regalos a todos sus hijos, en muestra de agradecimiento y admiración por el rol vital que cumplen.Los profesionales de la salud aseguran que el mejor homenaje que la ciudadanía les puede rendir es no bajar la guardia contra el COVID-19.