En respuesta a las peticiones de los habitantes de Ituango en Antioquia, el presidente Gustavo Petro propuso que se pacte un cese al fuego multilateral en medio de los diálogos exploratorios con algunas bandas criminales.¿Qué acciones está adelantando el gobierno del presidente Petro para evitar más masacres?El tema que lideró el extenso pliego de peticiones de los más de 500 habitantes de Ituango, en Antioquia, y de otras poblaciones cercanas que llegaron al encuentro con el presidente Gustavo Petro fue la paz.Todos coinciden en que los enfrentamientos entre bandas, pero también el ataque del Ejército a la criminalidad, genera una guerra constante. Por eso el presidente lanzó una propuesta que involucra a todos los actores del conflicto.“El que se pudiera producir un cese al fuego multilateral para entrar a un proceso de negociaciones en concreto sería más viable si tenemos estos diálogos regionales andando. Entonces esta es una invitación que le hago a las autoridades locales, departamentales y municipales para incentivar la discusión sobre qué región quiere”, señaló el presidente Gustavo Petro.“En el Catatumbo hay voluntad de paz”: presidente Petro tras consejo de seguridadDe inmediato, analistas pidieron explicar los alcances de esta iniciativa que hace parte del propósito de paz total y que, según fuentes del gobierno, cobijaría incluso a las operaciones militares.“Sin lugar a dudas es una iniciativa loable para garantizar la vida de los líderes sociales y de las comunidades más afectadas por la violencia. Sin embargo, necesitamos conocer qué implica este cese al fuego multilateral y a qué actores involucra”, indica Gabriel Cifuentes, analista político y experto en DD. HH.Juan Camilo Restrepo, exnegociador de paz con el ELN, considera que no es momento para dejar de combatir a las bandas criminales que operan en varias zonas del país.“A no ser que revelen algunas conversaciones o algunas cosas que el gobierno conozca ya de antemano, pero por lo que se conoce yo no veo condiciones porque, repito, un cese al fuego implica por parte del Ejército bajar los fusiles y eso es muy complicado tratándose de bandas criminales y narcotraficantes”, indicó.El alto comisionado para la paz, Danilo Rueda, también dejó claras parte de las condiciones para el sometimiento de bandas criminales, a pesar de que el proceso incluye beneficios judiciales para quienes ese entreguen.Vicepresidenta Francia Márquez estará en la NASA para el lanzamiento de la misión Artemis I“Ningún proceso de paz significa impunidad, todos los procesos con independencia de su naturaleza se regirán por la Constitución Nacional. Igualmente en el centro los derechos a la verdad, justicia, reparación y la reconstrucciones territoriales urbanas y rurales”, agregó Rueda.Y anunció que el proceso de diálogo con estas organizaciones no se hará desde las oficinas en Bogotá, el gobierno se desplegará a 12 subregiones integradas por los territorios más golpeados por la violencia.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, propuso este sábado a los grupos ilegales del país comprometerse con un "cese multilateral de hostilidades" que permita avanzar en la búsqueda de la paz. Le puede interesar: Colombia tiene un nuevo cardenal, monseñor Jorge Enrique Jiménez"Las acciones podrían comenzar si empezamos ese diálogo con un cese multilateral de hostilidades, un cese al fuego que le propongo a estos grupos en todo el país que se realice, porque es el clima más apropiado para lograr la fuerza de la sociedad que nos permita ligitimar un fin definitivo de la violencia armada", recalcó el jefe de Estado. Por su parte, el comisionado de Paz, Danilo Rueda, instó a dos de los grupos más criminales de Colombia definir si quieren o no unirse a este proceso de pacificación."A Los Pachelly, a Los Caparros, la invitación es a que se manifiesten de alguna manera, a través de un comunicado o un video, para saber si tienen experctativas de hacer parte de la paz total", dijo el funcionario. Ambos pronunciamientos se dieron en Ituango, Antioquia, donde la presencia de un supuesto explosivo detonado controladamente por la fuerza pública no impidió que el presidente Petro se reuniera con la comunidad para concer sus necesidades. Indignante video de profesora que golpea a un niño en San Onofre
Un ataque de francotiradores contra soldados en Teorama, Norte de Santander, dejó un uniformado muerto y otros dos heridos.Puede leer: Primera condena por atentado a la Escuela General Santander que dejó 22 cadetes muertosEste hecho se registró en la vereda el Juncal, cuando tropas adscritas al Batallón de Despliegue Rápido # 9 realizaban operaciones de control de área y fueron atacados por franco tiradores, al parecer, del ELN.En el hecho murió el soldado profesional Fabio Nelson Sarmiento Linares, quien llevaba 18 años en la institución. De igual manera, otros dos militares resultaron heridos y fueron atendidos inicialmente por enfermeros del Ejército y, posteriormente, trasladados a un centro asistencial.Podría ser de su interés: Con un dron, Policía grabó cómo disidentes sometían a juicio a quienes no pagaban extorsionesPero este no fue el único ataque a militares que se registró este miércoles, puesto que dos soldados de la Séptima División del Ejército fueron asesinados por integrantes del Clan del Golfo en Ituango, norte de Antioquia. Los hechos se registraron en la vereda Badillo, donde los criminales atacaron a los militares que hacían labores de vigilancia. Las víctimas fueron identificadas como Diego Velásquez, de 19 años, oriundo de Medellín, y Adrián Quiceno, de 22, nacido en Ituango.Otras noticias del día: Niño de 11 años habría muerto tras ser golpeado por compañeras que le hacían bullyingGrave accidente en vía La Pintada, en Antioquia: dos buses se estrellaron y uno se incendióAsesinan a puñaladas a joven integrante de la comunidad LGBTI en Cali
Hasta Mutatá, municipio de Antioquia, llegaron los excombatientes de las FARC que lograron escapar de la violencia que los persiguió hasta Ituango. Pese a las dificultades y amenazas, levantaron una aldea en la que se reincorporan y trabajan en sus proyectos productivos.Son en total 136 personas que viven en 63 casas que cuentan con el servicio de agua, energía y señal de internet.Conozca sus historias.
Noticias Caracol llegó a Ituango, Antioquia, donde no ha sido posible construir la paz. De la ETC Román Ruiz ya no queda nada, pues huyeron por el temor. Algunos excombatientes, a pesar de las dificultades, decidieron quedarse para construir proyectos de vida sin armas.Le puede interesar: Marquetalia: a la cuna de las extintas FARC llegó la paz, pero no el progreso
Ituango atraviesa una alarmante crisis humanitaria por el desplazamiento forzado de cientos de campesinos que han huido de las intimidaciones de grupos ilegales que rondan la zona rural de esta población.Luis Fernando Quijano, analista en conflictos urbano y rural, dijo en Noticias Caracol Ahora, que la situación “está fuera de control”, porque van 29 veredas amenazadas y, para él, no ha habido “apoyo institucional”.En contexto:Crisis humanitaria en Ituango: ya son más de tres mil los desplazados por amenazasAl menos 2 mil campesinos de Ituango dejaron sus tierras por amenazas de disidencias de las FARCEntre otras cosas, Quijano considera que la situación tiene varias raíces, pero la principal podría ser que la zona afectada hace parte de un “corredor estratégico” para los grupos al margen de la ley.¿Por qué? Más de este tema que tiene en vilo a los habitantes de esta región, en esta entrevista de Noticias Caracol Ahora.Podría interesarle:Transacciones digitales: ¿qué tan seguras son en Colombia?La importancia de que las mujeres embarazadas se vacunen contra el COVID-19"El sueño es lograr el oro en Francia 2024": esposa del medallista olímpico Luis Javier Mosquera
Los rostros del desplazamiento forzado en Colombia siguen siendo los mismos después de décadas de conflicto armado. Los grupos paramilitares y disidentes de las FARC obligan a las familias campesinas a abandonar sus territorios.Existen territorios en el país en el que los criminales son los que ponen las normas del juego, extorsionan, plantan minas antipersona, matan, hieren y reclutan de manera forzada.En Ituango, Antioquia, cada año cientos de campesinos llegan de manera forzada al casco urbano de ese municipio. Sus hogares, cultivos y animales quedan en un territorio que es disputado a sangre y fuego por los grupos criminales.Los errantes de ItuangoEn las 125 veredas de Ituango están los rostros de los campesinos que llevan la marca del desplazamiento forzado en Colombia. Cientos tienen que dejar todo atrás huyendo de la guerra y la muerte. Ese ciclo se presenta de generación en generación.“Yo soy hijo del desplazamiento ya que mis padres fueron también desplazados en los años cincuenta, cuando se vivía la violencia entre liberales y conservadores. Ellos vivían por los lados del cañón del río San Jorge. Nosotros hasta esta época somos desplazados”, narró un campesino.Por voluntad propia y siendo un adulto, regresó en la década de los noventa a su tierra, quería echar raíces, pero la violencia tenía otros planes.“En Ituango había un enfrentamiento muy duro. Allí mandaba el frente 18 de las FARC. También llegaron los paramilitares a la cabecera municipal y más de 300 personas murieron”, relató.En su memoria quedaron intactas las imágenes de las masacres y las primeras hordas de desplazados que generaron los enfrentamientos entre paramilitares y guerrilleros de las FARC."Se hacen la masacre de La Granja y Santa Lucía. Después quemaron el Aro. La guerrilla saca los paramilitares, se queda en el territorio y hacen normas de convivencia", dice uno de ellos.Una paz que nunca llegóCon la firma del acuerdo de paz, los campesinos de Ituango vieron una tabla de salvación para sus tierras.En las parcelas destinadas, los desmovilizados empezaron a crear sus proyectos productivos, los mismos que nunca prosperaron. Llegaron las amenazas y las muertes selectivas de los excombatientes de las FARC y con ellas el desplazamiento.“Vemos que ellos quedan solos allá y la comunidad acá. No hubo una conexión entre ellos y la comunidad", recalcó el campesino.Los pobladores de Ituango aprendieron a oler los vientos de guerra. Vieron cómo los nuevos dueños cambiaban sus nombres, ahora eran llamados disidencias.La orden de desplazamiento la da el grupo criminal que domine en la vereda, a veces lo hacen los paramilitares, en otras ocasiones los disidentes de las FARC. Ellos deciden cuándo la población podrá retornar a sus tierras, incluso señalan a los campesinos que ya no podrán volver."Es duro el desplazamiento, me ha tocado duro. Lo más difícil es la desintegración de la familia, unos cogen para un lado, otros para otro. Es difícil el desarraigo del campesino de su tierra", afirmó.Para Isabel Cristina Zuluaga, lideresa del movimiento Ríos Vivos, los que más sufren en el enfrentamiento entre paramilitares y disidentes son los civiles.“No entendemos cuál es el interés de los grupos paramilitares que están llegando desde el occidente del país hacia Ituango. Ellos entran por ese lado, pero también hay presión desde el bajo Cauca. La población es usada tanto por las disidencias como por los grupos paramilitares como escudo. Usada, acribillada, asesinada y en estos momentos humillada porque el desplazamiento forzoso, el desarraigo, es una humillación para la población", manifestó Zuluaga.Pese a las alertas, las tragedias siguenDesde el 9 de julio de 2018, la Defensoría del Pueblo alertó sobre el riesgo que corría la población de Ituango.Dos años después y estando vigente esa alerta, surgió una segunda, que focalizó el riesgo en 63 veredas de los corregimientos La Granja, Santa Rita y el Aro.Pese a las alertas tempranas, 500 personas fueron desplazadas.Un profesor de la zona rural contó los riesgos a los que están expuestos sus estudiantes al vivir en un sector de constante conflicto. Las balas no son el mayor problema."Se está ofreciendo dinero, citas sexuales con jovencitas, les están brindando mucha plata y les están ofreciendo oportunidades de ascender en la organización. Son el Clan del Golfo, algunos disidentes y bandas criminales”, manifestó el docente.A lo anterior se suma el reclutamiento de menores de edad. Ellos, según Isabel Cristina Zuleta, son instrumentalizados para engrosar las filas de los grupos, a los que se están sumando excombatientes."Los están llamando para que vuelvan a integrar a las filas del paramilitarismo en Colombia y además a ellos les están ofreciendo 15 millones de pesos por esa experiencia que tienen del pasado", dijo la lideresa.Los pobladores de Ituango hablan de un gobierno incapaz de detener el reclutamiento forzado."Uno se va y pregunta a la Fiscalía qué pasó con el desplazamiento del año pasado, dónde está en Colombia la investigación penal en contra de esos actores criminales que desplazan y hacen sufrir a la población. Ya saben quiénes son y no pasa nada”, concluyó Zuluaga.Ituango despierta año tras año con las noticias de familias campesinas que son forzadas a dejar sus tierras. Parece ser que a los gobiernos de turno les es imposible evitar esa situación ¿Los grupos armados obligaron a la población a vivir en un país incapaz de evitar los hechos violentos?
Un incendio de grandes proporciones que comenzó en la tarde del miércoles en el municipio de Ituango, consumió al menos 400 hectáreas de bosque nativo.El incendio fue controlado por el cuerpo de bomberos de Ituango, además de una cuadrilla de voluntarios.El incendio comenzó en la vereda El Líbano, de difícil acceso para el cuerpo de bomberos.Ituango, al norte de Antioquia, hace parte de los municipios que el Departamento Administrativo para la Prevención y Atención de Desastres de Antioquia, Dapard, hace un par de semanas declaró en alerta roja debido a la intensa sequía que se experimenta en la zona.Según el Dapard, la alerta se mantiene en los municipios de Ituango, Arboletes, Apartadó, San Juan, San Pedro de Urabá, Angostura, Caucasia, Jericó, Nechí, Necoclí, Santa Rosa de Osos y Tarazá.En general, el Bajo Cauca y el Urabá son las zonas de mayor riesgo.