Aunque espera poder ofrecer disculpas a las familias de las víctimas, indicó que no irá a los funerales de los fallecidos por encontrarse “mentalmente exhausta”.
El asesino nunca supo que ella estaba allí. El sentimiento es agridulce para su mamá, pues siente alegría de tenerla viva, pero le duele lo ocurrido a las otras familias.
Cuando huía hacia su casa, donde asesinaría a su esposa e hijastro, intentó arrollar a peatones. Una de las víctimas era una maestra que estaba embarazada.
No solo vendía, también era un asiduo consumidor. De hecho, autoridades creen que tenía alucinaciones en el momento de asesinar a por lo menos 37 personas.