Tras consultar conceptos, instituciones y personal de salud en el país, la Academia Colombiana de Medicina definió cuatro criterios para ayudarles a los médicos a tomar la decisión sobre a qué pacientes se les debe asignar ventiladores en las unidades de cuidados intensivos.
El doctor Ramón Abel Castaño, de la Academia Colombiana de Medicina, aseguró que la decisión es “muy compleja”, pues “cuando la cantidad de pacientes supera las camas disponibles es necesario, inevitablemente, escoger una persona para ocupar ese ventilador y ello quiere decir que, automáticamente, las personas no seleccionadas lamentablemente fallecerán”.
En ese sentido, explicó los cuatro criterios que deberían tener en cuenta los profesionales de la salud a la hora de definir la asignación de los ventiladores:
- El primero es la expectativa razonable de que ese paciente supere el episodio agudo y pueda recuperar, por lo menos, su estado de salud y conciencia.
- El segundo es que ese paciente tenga una mayor expectativa de vida.
- El tercer criterio es qué enfermedades de base o comorbilidades tiene ese paciente que puedan afectar esa mayor expectativa de vida.
- El cuarto criterio es la cantidad de recursos que esa persona va a consumir durante ese episodio agudo en la unidad de cuidado intensivo.
“Los cuatro criterios, esto es muy importante entenderlo, se deben analizar simultáneamente, no tienen un orden jerárquico ni son secuenciales”, enfatizó el doctor Castaño.
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Respecto al segundo parámetro, Castaño explicó que, si bien una persona menor tiene más expectativa de vida que una mayor, esto no constituye “un criterio único de exclusión o de selección del paciente” y, por lo tanto, “la edad debe sumarse a los demás criterios”.
¿La decisión la toma el médico solo o en conjunto?
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El doctor Castaño señala que el médico, en ejercicio de su autonomía, debe tomar la decisión. No obstante, dice que, dada la complejidad de la misma y la alta carga emocional y moral que genera, el profesional de la salud puede buscar apoyo.
“Nosotros también recomendamos que el médico, en la medida de lo posible, busque el apoyo de un par o de un comité de ética, o de un comité de triage, de selección de camas de UCI en los hospitales”, comenta.
Y aunque afirma que no todos los hospitales cuentan con este tipo de comités, puntualiza que la Asociación Colombiana de Medicina Crítica y Cuidado Intensivo (AMCI) habilitó un recurso para apoyar a los médicos en dichas decisiones y orientarlos en la resolución del dilema ético.
“La idea es entonces que el médico no tenga que enfrentar solo toda la carga moral y emocional que implica dejar de atender a un paciente que, en condiciones de no emergencia, le pudiera haber dado la oportunidad de conectarlos a un ventilador y salvarle la vida”, dijo.
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Pero el doctor Castaño también plantea que, si un paciente que fue conectado a un ventilador no presenta mejoría y por el contrario empeora, se le debería ceder a otro.
“Allí también se debe considerar la posibilidad de suspender el tratamiento y pasar a ese paciente a etapa de final de vida para poderle dar la oportunidad a otro, siempre y cuando haya un paciente real esperando por ese ventilador y tenga más opciones o mayor expectativa que el otro”, concluye.