En muchos casos inicia como juego y termina en adicción. Un informe reciente revela un panorama desalentador para Colombia.
“Empecé a robarles las botellas a ellos. Diario una botella me tomaba con mis amigos. Estoy hablando a la edad de 9 años”, lo dice Luis Rodríguez, quien está recuperado, pero dice haber replicado lo que veía en su hogar.
Su historia no es ajena a la de muchos jóvenes, Colombia es el país en América Latina con el más alto nivel de consumo de licor en menores de edad.
El mismo Luis reconoce que, por esta adicción, sufría “lagunas mentales y pérdida de memoria”.
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De acuerdo con informe del centro de estudios en seguridad y drogas de la Universidad de los Andes, Medellín, Manizales, Armenia, Pereira, Tunja y Bogotá son las ciudades que registras más consumo en menores.
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