Ofrecerían más de $700 millones a quien preste su rostro y voz a un robot humanoide

La empresa Promobot, reconocida por su trabajo en el desarrollo de robots humanoides, sorprendió al mundo con una convocatoria un tanto inusual. En la búsqueda por humanizar sus creaciones, abrió la puerta para encontrar un rostro y una voz a cambio de un generoso pago que podría llegar a los 180.000 dólares (casi 750 millones de pesos colombianos).

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La convocatoria ha captado la atención de más de 20.000 personas de diversos países, quienes ven en esta propuesta una oportunidad única de dejar una huella en el mundo de la tecnología. No obstante, por la cantidad de postulados, la compañía decidió cerrar el proceso de selección antes de lo previsto.

Características de los robots humanoides

Los robots desarrollados por Promobot, como lo es el modelo Robo-C2, son capaces de imitar hasta 600 expresiones humanas, permitiendo que las interacciones con los usuarios sean lo más realistas posibles.

La integración de estos robots humanoides en diversas industrias no solo responde a la necesidad de automatizar procesos, sino también a la de ofrecer experiencias más personalizadas y efectivas.

Un ejemplo claro es el uso de robots como el Robo-C2 en sectores como la atención al cliente, donde su capacidad para imitar expresiones humanas y mantener conversaciones fluidas puede mejorar significativamente la satisfacción del usuario. Al poder transmitir mensajes de manera más convincente y personalizada, estos robots también tienen un gran potencial en áreas como el marketing y la publicidad.

Además de su uso en servicios al cliente, la tecnología de los robots humanoides ha comenzado a abrirse camino en sectores más técnicos y especializados, como la industria automotriz. Un caso destacado es la colaboración entre BMW y la empresa Figure, que ha dado lugar al desarrollo del robot humanoide Figure 02. Este robot ha sido diseñado para ejecutar tareas complejas que requieren una alta precisión, como la manipulación de componentes en las líneas de ensamblaje de automóviles. La incorporación de estos robots no solo optimiza la eficiencia de la producción, sino que también reduce el margen de error humano, lo que se traduce en productos de mayor calidad.

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Este avance también plantea nuevas preguntas y desafíos en términos de ética y privacidad, especialmente cuando se trata de ceder derechos de imagen y voz a una máquina. A medida que los robots humanoides se integran más en nuestra vida cotidiana, será crucial establecer marcos legales y normativos que protejan tanto a los individuos como a las empresas que desarrollan estas tecnologías.