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Colombiana confundió a terrorista de Hamás con un soldado israelí, pero se salvó milagrosamente

Laura Malo, quien estaba en el festival atacado por Hamás, huyó con un amigo en un carro. Al llegar a un pueblo, vieron a un uniformado. Pensaron que se trataba de un militar israelí, pero no, era un terrorista que intentó matarlos: "Una de las balas casi le da en la cabeza a mi compañero".

Laura Malo era una de las colombianas que se encontraba participando del festival de electrónica cerca a la frontera de Gaza cuando comenzó el ataque de Hamás a Israel. Ella y sus amigos emprendieron la huida para sobrevivir, pero rápidamente se vieron rodeados por las milicias palestinas que asediaron a la población civil.

La colombiana vive hace 15 años en Israel y está muy relacionada con el mundo de la música, ya que es DJ en su región. El objetivo de la fiesta era pasarla bien, pero el evento se vio interrumpido por las balas y bombas del grupo terrorista Hamás.

Como en esa zona es frecuente que se escuchen misiles, señala Laura, la población no entendía al inicio lo que estaba pasando, pero la situación se fue tornando cada vez peor: “Durante dos horas no dejaban de sonar las bombas, yo y un amigo cogimos mi carro y nos escapamos, empezamos a viajar hacia una dirección para alejarnos y llegar a la casa, cuando paramos en un búnker que había en medio de la carretera y empezamos a escuchar disparos”.

En ese momento, una pareja le advirtió a Laura y su amigo que los terroristas habían ingresado en el refugio con sus armas, disparando al azar. Rápidamente, los jóvenes aceleraron el paso en el carro y llegaron a un pueblo cercano, donde había soldados en las entradas.

Con la esperanza de ser ayudados, disminuyeron el paso, pero la persona que custodiaba la puerta abrió fuego en contra del vehículo: “No sabíamos que estábamos yendo hacia al principal pueblo que fue tomado por los terroristas. Una de las balas casi le da en la cabeza a mi amigo. Es un milagro que yo esté aquí contándoles a todos ustedes sobre mi experiencia, es un milagro que yo esté aquí”.

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Laura y su amigo lograron escapar y llegaron hasta un punto donde las cercas les impedían seguir avanzando, así que se bajaron del auto y comenzaron a alejarse de él, al tiempo que escuchaban las balas y las bombas. De esta manera llegaron a un invernadero abandonado donde lograron entablar comunicación con su familia y las autoridades.

“Lo primero que hice fue llamar a mis padres para despedirme de ellos, no sabía si iba a salir de allí con vida, les dije que si no volvía que los amaba”, expresó la colombiana, quien les explicó en pocas palabras lo que estaba sucediendo, tratando de mantener la calma.

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Aprovechando que todavía tenía señal, la joven les envió la ubicación a sus amigos y llamó a la policía. Sin embargo, la respuesta de las autoridades no fue alentadora: “Me dijeron que lamentablemente no podían venir a rescatarnos porque toda la zona estaba infestada de terroristas, que lo único que podíamos hacer era resguardarnos”.

Luego de 16 horas en las que permanecieron acostados en el suelo y en silencio, finalmente llegó una unidad especial del ejército para sacarlos de allí. Según el relato de Laura, cuando vio el panorama, todo era desolador.

Mientras avanzaba por el camino veía los cadáveres de cientos de víctimas, carros y casas quemadas, a la par que se preguntaba el por qué los inocentes tenían que morir de esa forma tan cruel.

Laura Malo espera algún día poder superar el trauma de la guerra y la experiencia que le arrebató a cuatro de sus amigos: “Es asimilar muchas cosas a la vez y muy fuertes. Todos estamos unidos, lamentablemente, por el dolor. Es una país entero llorando, con miedo y con trauma”.

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