Sobre la problemática, la directora de la Plataforma de Animales Libres de Tortura (ALTO), Natalia Parra, dice: “quien agrede a un animal porque le molesta es un caso de intolerancia y es una prueba de que esa persona es intolerante con los mismos seres humanos”.
Según cifras de la Plataforma ALTO, en Bogotá se reciben semanalmente en promedio 6 denuncias por acoso a tenedores de animales de compañía y de estas denuncias, el 80% corresponden a física intolerancia con estos animales.
No obstante, también el problema de los dueños de mascotas es la irresponsabilidad de algunos a la hora de sacarlos a pasear, que va desde no colocarles el bozal a los de raza considerada peligrosa hasta no recoger sus desechos.
“Hay personas que tristemente sacan a su animalito a pasear y no recogen el popó, lo dejan en el suelo y a veces se meten a los jardines y pueden hacer algún tipo de daño”, advierte Parra.
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Pero ante la intolerancia y el gusto o no por las mascotas, ¿cuál podría ser la solución?
“Que en los espacios comunes se puedan llegar a acuerdos, pactos sociales para que ninguno moleste al otro”, propone Natalia Parra.
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En Colombia, actualmente no existe una ley que defienda a los animales que son agredidos, sin embargo, hace varios años, se han radicado varios proyectos.