
El atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay ha pasado planos internacionales. Diferentes organismos de derechos humanos han mostrado su preocupación en torno a los hechos. Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de Human Rights Watch, habló en Noticias Caracol sobre el tema y mencionó que “este es realmente un hecho profundamente doloroso que recuerda los peores momentos de violencia política en Colombia”.
Agregó que el hecho “nos devuelve a un momento en que hacer política cuesta la vida, en donde, en este país, cualquier discusión política terminaba en armas. Es un momento de profunda tristeza que tiene una afectación directa en la democracia de nuestro país”.
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Goebertus habló sobre “la ausencia de una política de seguridad efectiva y protectora de derechos humanos” y que esto “está empezando a cobrar una serie de eventos atroces en el territorio nacional”.
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Como sociedad en Colombia, la directora piensa que el país “ha tenido un pasado de cómo la retórica incendiaria, cómo las palabras muchas veces dichas en micrófonos en Bogotá terminan traduciéndose en realidades violentas. El caso más emblemático en Colombia, La violencia: cómo los debates entre liberales y conservadores se traducía en el campo en masacres atroces. Es innegable que el nivel de conflictividad política a través de un discurso incendiario ha crecido”.

Para Goebertus, el discurso incendiario, en primer lugar a crecido “en cabeza del presidente Petro, pero también hay que decirlo, en cabeza de varios líderes políticos de distintos partidos. Que hoy tengamos un tinglado de distintos trinos, anteriores al atentado, del presidente o de Vicky Dávila haciendo referencia violenta a Miguel Uribe Turbay, de una manera que expone a la violencia, es realmente preocupante”.
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El llamado de la directora es “cómo nos aseguramos de hacer un uso de las palabras, entendiendo que las palabras tienen consecuencias y que pueden tener consecuencias atroces. Yo soy una firme convencida de que cuando hay una discusión que nos hace un llamado cultural tan profundo y cuando estamos en una conversación sobre cómo las palabras pueden tener un impacto en la vida de las personas y su integridad, por supuesto que hay que hacerse preguntas directas e increparse cada uno de nosotros qué tenemos que hacer”.
También indicó que “hay que ser conscientes de los niveles de responsabilidad, particularmente, de quienes están en el Gobierno; son superiores por el hecho de ser Gobierno porque les corresponde, no solamente no violar los derechos, sino ser garantes de esto. Tiene que permitirse que se conduzca la investigación de este caso con toda la imparcialidad y transparencia, sin andar comentando posibles hipótesis o posibles teorías del caso porque eso genera más desconfianza. Es la investigación, basada en la evidencia que se ha recolectado, la que tiene que ir dilucidando cuanto antes quiénes son los responsables detrás de este gravísimo hecho”.

Colombia es el único país en toda América Latina y el Caribe que tiene un conflicto armado de carácter no internacional, dijo la directora, que explicó que “eso nos pone en unos niveles de violencia muy distintos a los que hay en otras partes de la región, incluso lugares de la región que se enfrentan a la violencia de criminalidad organizada, supremamente letal, que afecta la vida diaria de las personas, pero que es distinto de lo que significa vivir un conflicto armado. Eso nos pone en un panorama distinto, donde hay grupos que han buscado tener, supuestamente, un impacto político, cualquiera que sea, a través del uso de las armas”.
Sin embargo, mencionó Goebertus, “Colombia no está hoy en los niveles de violencia que teníamos en el 89 o en el 90; de ninguna manera. Estamos en un lugar muy distinto, y en ese sentido el llamado es a reconocer que las cosas han venido cambiando. Lo que preocupa es que, aunque no estamos en los indicadores de seguridad que teníamos a finales de los 80 y comienzos de los 90, venimos desde 2016 en una tendencia negativa y esa tendencia es preocupante porque Colombia sabe lo que es que eso empiece a crecer de manera descontrolada”.
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En cuanto al oportunismo político que ha surgido tras el atentado a Miguel Uribe, la directora cree que “es un momento para tener toda la altura, solidaridad con la familia, su equipo de trabajo y deponer cualquier interés personal. Es un momento para estar a la mayor altura posible. Lo que más necesita en este momento el país es que haya una investigación independiente e imparcial, que pueda esclarecer lo que sucedió”.
Finalmente, Goebertus señaló que “este país ha recorrido un camino muy largo y viene de un lugar en donde esta noticia, que nos tiene conmocionados a todos, era una noticia a diario en muchos casos. Este país ha salido adelante, a pesar de esas adversidades, por el temple y la decisión de colombianos de colombianas que han luchado porque este país sea mejor”.
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CAMILO ROJAS, PERIODISTA NOTICIAS CARACOL
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