Durante las manifestaciones en Bogotá , originadas por el asesinato de Javier Ordóñez, los roles se han cambiado: habitantes de la capital han salido a defender y brindar seguridad a los policías que han sido objeto de ataques y agresiones.
Imágenes en las que los ciudadanos forman cadenas humanas para defender a los uniformados se están volviendo cada vez más frecuentes.
Tal es el caso de los pobladores de La Calera, quienes, armados de solidaridad y valor, protegieron a los policías. Esta vez los papeles se intercambiaron y fueron los ciudadanos los que brindaron seguridad a los uniformados ante una amenaza de ataque por parte de manifestantes que rechazaban la muerte de Javier Ordóñez .
“La comunidad cercana a esta zona, en un acto de compromiso con la Policía, ha venido a generar un cordón humano para evitar cualquier acto. ¡Los buenos somos más!”, manifestó un habitante de La Calera.
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Las muestras de afecto para con los uniformados se han esparcido a otros lugares de Bogotá, tal como pasó en El Tintal, ubicado en la localidad de Kennedy, lugar en el que la gente limpió los destrozos que causó un grupo de manifestantes.
“Como comunidad tenemos que acompañar a nuestros policías, ellos nos protegen. Con errores o no, están cuidándonos. Ellos nos necesitan. Vinimos a apoyarlos”, puntualizó una habitante de El Tintal.
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Los ciudadanos no desconocen la gravedad del brutal procedimiento policial que apagó la vida de Javier Ordóñez, pero dicen que la mayoría de uniformados están del lado de la comunidad y que, de no ser por ellos, la criminalidad sería peor.
“Los robos serían más grande, los parques estarían llenos de jíbaros. Imagínese si no existiera este CAI, sería todo una catástrofe”, agregó otro habitante de El Tintal.
Estos protectores de la integridad de los uniformados son conscientes de la necesidad de salvaguardar la institucionalidad. Además, piden que sean los jueces los que hagan justicia.
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