Hace exactamente un año, durante un operativo policial contra el transporte ilegal en el norte de Bogotá , resultó gravemente herido Omar Morales, de 16 años, quien murió el 26 de diciembre tras recibir dos disparos en la cabeza.
"El conductor no paró el llamado de la Policía, emprendió la huida hacia el barrio El Codito. La patrulla se puso tras de ellos y como no pararon la buseta ellos accionaron armas contra la buseta causándole la muerte a mi hijo", recordó el padre del adolescente muerto.
Por su parte, la mamá del menor apenas puede hablar de lo que pasó. "Yo pido justicia, que la muerte de mi hijo no se quede impune y que esa gente pague, pague por el daño que nos ha hecho”, expresó Gina Paola Gredo.
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El documento de la investigación en poder de Noticias Caracol indica que los peritos de la Fiscalía recogieron diagramas y testimonios de los dos uniformados indiciados, donde admitieron accionar sus armas de dotación ese día.
"Escucho detonaciones no sé de quienes son de ese momento y yo lo que hago es accionar mi arma de tratando de disparar hacia las llantas para evitar que le hicieran daño a mi compañero, el vehículo se da de nuevo a la huida", fue el testimonio del uniformado Johan Steven Porras, posteriormente destituido.
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Dentro de la investigación interna, la Policía absolvió a uno de los uniformados implicados. Sin embargo, el patrullero Porras fue encontrado responsable disciplinariamente, por lo que fue destituido e inhabilitado por 10 años para ejercer cargos públicos.
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Un año después de la muerte de Ómar Alejandro, o Frijolito, como le decían, el proceso penal que debiera tener prioridad por tratarse de un menor de edad aún sigue en etapa de recolección de pruebas.