Una bala le atravesó la garganta, destruyéndole por completo la laringe y las cuerdas vocales. Lo que no le quitó fue la voluntad y las ganas de vivir.
Se llama Silvana Peñalosa y ha tenido que someterse a 32 cirugías.
"El doctor logró quitarme la cánula de traqueostomía, que yo respirara por mi nariz, y logró que yo hablara como hablo, sin cuerdas bucales, porque mi laringe quedó completamente destruida y lo que él hizo fue empezar a reconstruirla", relata.
Pero no todas las víctimas de fleteo sobreviven. José Roberto Roncancio, por ejemplo, fue asesinado tras ser interceptado en su camioneta, cuando se disponía a entrar al garaje de su casa. A los homicidas no les importó que a su lado fueran su nieta de cuatro años y su hija.
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“Es un vacío muy grande que deja él. Aquí lo único que pedimos es que se haga justicia. Yo sé que eso no va a devolver a mi papá, pero nos va a tranquilizar que las personas que le hicieron eso paguen y, además, podemos evitar que le pase a otra familia", sostiene Laura Alejandra Roncancio.
Aunque las autoridades afirman que en Bogotá se han reducido los casos de fleteo hasta en 54%, las cifras siguen siendo preocupantes. Según datos de la Secretaría de Seguridad, en tan solo septiembre se presentaron 9.939 hurtos a personas.
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