Germán Murillo es un líder comunal de Kennedy que, cada que sale de su casa, debe usar un chaleco antibalas antes la cantidad de amenazas que recibe por parte de las bandas de microtráfico, las mismas que están tras los recientes casos de homicidios bajo la modalidad de sicariato en Bogotá.
“Nosotros denunciamos este tipo de microtráfico que hay en la localidad, por ese motivo es que nosotros estamos amenazados”, reconoce.
Lastimosamente no es el único en la misma situación. “Estamos amenazados y este es un riesgo que corremos, pero no nos interesa, la verdad.
Nos interesa más la comunidad y el bienestar”, dice Ernesto Pedraza.
Añade que estos delincuentes “venden a la vista del pueblo, a la vista de todo el mundo, y trafican indiscriminadamente y solamente buscando el mal”.
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Por su parte, Eduardo Romero, otro de los líderes de barrio, afirma que “la comunidad ya ha denunciado dónde operan, dónde trabajan este microtráfico, dónde incluso regalan la primera dosis para atrapar a la comunidad, a los niños, los jóvenes, y eso no lo podemos seguir permitiendo”.
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Son estas bandas que se disputan el control de la zona las que han cometido actos de sicariato. El hecho más reciente fue grabado por las mismas organizaciones criminales, conformadas por extranjeros, para difundir las imágenes y sembrar terror entre otras pandillas y en la comunidad.
Las autoridades dicen que ya tienen identificados a varios de ellos, que se camuflan entre vendedores ambulantes y recicladores. Además, aseguran que se reforzará el pie de fuerza, especialmente, en el barrio El Amparo.