Esta joven familia nariñense ha tenido que sortear todos los embates de la violencia y la pobreza. Hace 2 años llegaron a vivir al sur de Bogotá, desplazados por el conflicto armado, Linson Palacios, su esposa y sus 4 hijos.
Al no conseguir trabajo, este padre de familia comenzó a hacer empanadas y de su venta sostenía a la familia, pero desde que inició la cuarentena no lo pudo seguir haciendo.
Vivían en un cambuche que habían construido con latas, tablas y cartones en Altos de la Estancia, en Ciudad Bolívar, pero el pasado 2 de mayo de allí también salieron desalojados.
“Nos tumbaron todo y nos dejaron en la calle sin nada a mí y a mi familia”, recuerda con tristeza Linson Palacios.
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Ese día, una imagen del fotógrafo Mauricio Alvarado de El Espectador se hizo viral en redes sociales: era Linson con su hija en brazos, con el ceño fruncido por la angustia de no saber dónde iban a vivir.
“Esa foto generó felicidad en mi familia porque la verdad por medio de esa foto nos han venido muchas ayudas, por ejemplo, nos llegó una casa de arrendamiento durante ocho meses”, cuenta Palacios.
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Esa foto hizo que la vida les cambiará. Gracias a la foto y a la iniciativa del equipo periodístico del diario El Espectador.
“Me siento muy contenta de que hoy mis hijos tengan un techo donde estar después de haberlo perdido todo. Dios usó a personas para que tengamos un techo”, dice Sonia Pinilla.
Por ahora Linson espera conseguir un trabajo y aún le preocupan las 69 familias que vivían con él en Ciudad Bolívar y aún no tienen casa donde vivir. Quisiera que todos tuvieran una casa como la que hoy tiene él y su familia.