Un video grabado con celular registró la violencia de la que fue víctima Javier Ordóñez, quien falleció luego de un operativo de la Policía en la localidad de Engativá, occidente de Bogotá. La grabación empieza cuando el hombre está terminando de ser reducido y puesto en el piso. Allí recibe la primera descarga del taser en un costado del abdomen.
Segundos después, se oye nuevamente el taser en dos oportunidades y la voz de la víctima pidiendo que se detengan: “por favor, por favor. Ya, ya, ya, por favor, no más, por favor”. Pero el taser sigue sonando.
La escena es captada por uno de los amigos de la víctima, que también pide a los policías que paren. “Le está diciendo que por favor... los estamos grabando... le está diciendo que por favor, los estamos grabando”, repite una y otra vez el hombre.
Esas voces de auxilio se escuchan mientras en el video se registra cómo un uniformado le pone al abogado, de nuevo, el taser en la pierna, al tiempo que otro está sobre Ordóñez.
El taser, que nunca fue separado de la pierna de la víctima, vuelve a ser activado. “¿Por qué lo siguen agrediendo si hace ratos dijo que por favor?”, cuestiona el amigo en medio de su angustia.
El hombre, evidentemente agitado, y que trató de persuadir a los agentes insistiéndoles que estaban siendo grabados, no dejaba de pedir auxilio.
En la escena aparece un tercer policía que intenta esposarlo poniéndolo boca abajo, mientras otro trata de reducir a un segundo acompañante de la víctima que también grababa lo que estaba sucediendo: “Oiga, ¿por qué lo agrede? Venga, él solo está grabando, él no está haciendo nada, ¿qué le pasa?”
Finalmente, Javier Ordóñez es esposado.
Al fondo se escuchan los jadeos del hombre que es levantado del suelo y conducido a una patrulla, mientras la persona que grababa la escena le reclama a los policías: “Le quitaron el celular al otro que estaba grabando. Ahora vengan y me lo quitan a mí también. Yo estoy grabando todo. Todo lo estoy grabando”.
Con un tono de ironía, uno de los patrulleros le dice que esos videos “le sirven para que los lleve a la Fiscalía”.
Los reclamos a los policías se mantuvieron en la puerta de la patrulla que, en movimiento, siguió abierta.
Los uniformados abandonan el lugar en motocicletas y en medio de rechiflas de quienes condenaban la acción. Minutos después se confirmó la muerte del abogado Javier Ordóñez, padre de dos hijos menores de edad. Dicen que también lo golpearon en el CAI.
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