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Comerciantes de Corabastos llegaron hasta La Macarena para conocer productos de los campesinos

Quedaron impresionados por la calidad de los productos. Agricultores esperan que sin intermediarios puedan recibir un pago más justo, pero exigen mejores vías.
La fuerza de tarea conjunta Omega, responsable de la seguridad de parte del oriente y sur de Colombia, se llevó para La Macarena a cincuenta empresarios de Corabastos de Bogotá.
Allí realizaron una rueda de negocios con 600 campesinos que sobrevivieron a la guerra y que quieren comercializar directamente sus productos en la capital.
Don Ignacio cruzó a lomo de mula un tramo de la serranía de la Macarena para llegar con sus productos al encuentro. Este curtido campesino asegura que los intermediarios lo tienen sumido en la pobreza. Por eso quiere vender directamente a Corabastos.
"Cuando nosotros vendemos una bolsa de plátano en Uribe en diez mil, ocho mil, seis mil pesos muchas veces, eso es una injusticia porque nosotros trabajamos un año porque el señor que compra la bolsa de plátano va a Bogotá y la vende en 25 o 30 mil pesos", dice don Ignacio.
Queso campesino, cacao, aguacate, maracuyá, uva, arroz, café, panela y maíz son algunos de los productos que esperan ser comercializados en una rueda de negocios en La Macarena, en el meta"
El arroz de esta zona es de altísima calidad.
"Este es un arroz producido artesanalmente, no tiene ningún químico", dice Marta González, productora de arroz.
Los empresarios de Corabastos, quedaron impresionados con la calidad de los productos.
"Tienen textura, tienen color, tienen el tamaño adecuado, el color, todo está perfecto. Un almacén de grandes superficies se lo recibe perfectamente”, explica la comerciante Gloria Sossa.
El siguiente paso, dicen, es tecnificar cultivos.
"Invitamos a todas las empresas centralizadoras a que nos visiten aquí en La Macarena, en el Caquetá, en el Guaviare para que nuestro campesinos tengan otra esperanza", explica el general Jorge Humberto Jerez, comandante de la fuerza de tarea Omega.
El entusiasmo de empresarios y campesinos, tiene por ahora un inconveniente: no hay vías para sacar los productos.
"Tenemos unas tierras fértiles que realmente son muy productivas, pero si no tenemos inversión en cuanto a vías, créame que no tenemos nada", dice una campesina.
"Que verdaderamente se pongan la mano en el corazón y nos den una mano a nosotros los campesinos que hemos sufrido el fragor de la violencia", recalca don Ignacio.
El encuentro entre campesinos y empresarios ya tiene firmes más de una decena de negocios. Mientras la carretera llega, las fuerza militares harán un gran esfuerzo para sacar en un vuelo al mes la producción de estos campesinos que durante décadas han vivido bajo el olvido del estado y la miseria que trajo la guerra con las FARC.

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