En el departamento de La Guajira es inevitable hablar de crisis teniendo en cuenta que en lo corrido de 2016 han muerto 32 niños por desnutrición y tampoco hay evidencia concreta del destino de casi $150.000 millones que debían ser destinados a inversión social.
Pese a esto, políticos locales no ven con buenos ojos que un enviado de Bogotá llegue a interpelarlos, como lo hace Jorge Enrique Vélez, gobernador encargado para la zona tras la anulación de la elección de Oneida Pinto.
"Nos mandan un gobernador encargado que viene a señalarnos a todos, nos trata de corruptos. Incluso se atreve a mandar a la dirigencia política de este departamento de vacaciones”, señala Maikel Yesid Castilla, diputado de La Guajira.
Otros aseguran que no es por culpa de La Guajira que Colombia ocupe el lugar 12 en los índices de percepción internacional de corrupción, y hasta señalan al vicepresidente Vargas Lleras, cabeza del partido político al que pertenece Vélez.
Independiente de ambas versiones, es un hecho que los principales contratos públicos han estado merodeados por la corrupción, hasta el punto de que al obispo quisieron exigirle el pago de coimas para que la Iglesia pudiese seguir ejecutando recursos de educación a través de internados donde se han educado más de 4.000 niños wayús y koguis.
Updated: agosto 16, 2016 10:32 a. m.