Justo cuando grababa la alborada, un joven captó con su celular la explosión de una polvorería en Manrique. Más de 100 kilos de pólvora volaron por los aires, causando daños materiales por seis millones de pesos.
La celebración de la alborada, en general, dejó un preocupante saldo de personas quemadas, según Luis Fernando Suárez, vicealcalde de Gobernabilidad, Seguridad y Servicio a la Ciudadanía: “tuvimos 15 personas lesionadas con pólvora contra 16 del año pasado, hay un caso muy grave, muy triste de una niña de 5 años que pierde un ojo por un artefacto explosivo”.
El uso irresponsable de la pólvora y los lesionados que dejó la alborada, no fueron los únicos problemas de esa madrugada del primero de diciembre: “tenemos tres personas lesionadas por balas perdidas, esto es absolutamente absurdo y reprochable, nosotros no podemos entender como esa mezcla de pólvora, armas de fuego y el inicio de la navidad se convierten en tragedia para habitantes”, explicó Suárez.
Gregorio Enríquez historiador y urbanista de Medellín explica que la cultura de la alborada obedece a la desmovilización paramilitar de alias “don berna” en el 2003, y nunca perteneció para nada a la cultura paisa: “Entonces distribuyen un arsenal de pólvora en las comunas 13, 8, todas aquellas donde tienen presencia donde han dominado el territorio”.
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Diciembre se celebraba, tradicionalmente con la llegada de la virgen María a los hogares, el día de las velitas, el 7 de diciembre, pero ahora, el mes empieza con una tradición delictiva que deja decenas de víctimas.