Una mujer de 35 años de edad, de origen afrodescendiente, denunció que fue víctima de presunto racismo al no ser atendida en un restaurante en el norte de la capital.
Empleados del establecimiento aseguraron que no había servicio, pero ella confirmó que sí había gente y que al pasar, tiempo después, el lugar estaba prestando atención al público.
Valencia, nacida en Buenaventura (Valle) y quien hace casi 20 años vive en capital, estaba en compañía de su madre, quien le comentó que “en 71 años nunca me había sentido tan humillada”.
El restaurante acusado se defendió, afirmando que se trató de un malentendido que obedeció al cierre temporal de la cocina.
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