Dos albergues se han encargado de aliviar a los migrantes que llegan con hipotermia, laceraciones en los pies o quemaduras por la baja temperatura.
Anny Uribe es directora del refugio Hogar del Espíritu Santo. Afirma que el número de habitantes ha aumentado en lugar de disminuir. Opinión que coincide con la de Gloria Roa, del hogar Ayuda Humanitaria Inmediata.
Estas organizaciones, que llevan cuatro meses en funcionamiento, han sido un bálsamo para quienes huyen desde Venezuela por la falta de medicamentos, comida, empleo y, sobre todo, oportunidades.
En las casas adecuadas para ellos no existen lujos ni comodidades, pero a cambio existe la solidaridad de muchos tunjanos. "La permanencia solo es de 24 horas, pero hay casos que son excepcionales, pues hay menores”, dice Anny Uribe.
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