Carlos Uribe es un sacerdote y sicólogo antioqueño que se dedica a ofrecer comida y acompañamiento social a 45 niños de Puerto Carreño, en Vichada.
Su inspiración para ayudar a la comunidad surgió de las necesidades que de pequeño tuvo que sufrir. “Mi mamá era la lavandera del pueblo y nos tocaba esperar a que llegara con un poco de almuerzo o sobrados a la casa. Yo prometí desde mi infancia trabajar para que muchas personas no vivieran la precariedad con que me tocó vivir”, recuerda.
Su propia historia sirvió de inspiración y convirtió su parroquia en un templo-comedor en donde brinda alimentación a la infancia vulnerable de la ciudad desde hace tres años.
Además de alimentar a los 45 niños, realiza programas de prevención familiar para evitar que caigan en las redes del consumo de estupefacientes.
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Por otra parte imparte su doctrina a un grupo de adolescentes locales que voluntariamente le ayuda en sus labores diarias. Así, él busca sembrar la semilla del servicio comunitario en las nuevas generaciones.
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