En el corregimiento de Puerto López, en Uribia, vive Martín, el joven que aparenta tener poca edad por culpa de la desnutrición que no le permite desarrollarse acorde a sus 17 años.
Martín vive en un humilde rancho al cual solo se puede acceder después de cuatro horas de atravesar trochas enlodadas y con el permiso de las autoridades tradicionales. A la falta de animales, agua y alimentación, se suma el abandono del Estado.
A pocos meses de cumplir su mayoría de edad no ha recibido ayuda para su discapacidad, dicen etnoeducadores. Lo acompañan su abuela y su bisabuela, quienes le dan chicha, leche, mazamorras y arroz, dos veces al día. Martín desayuna y almueza, pero no cena porque no hay “cobre para comprar más comida”.
Quienes lo cuidan claman por ayuda, pero solo aceptan que sea en su hogar. “La familia no lo permite llevárselo para otra parte”, asegura Adriana González Sapuana, autoridad tradicional wayú.
Updated: septiembre 01, 2016 01:16 p. m.