Vestidos con falda y maquillados, participan en el concurso de ‘belleza’ del Cadillo, una fiesta que empezó hace 51 años como una broma.
El particular nombre del certamen celebrado en este municipio atlanticense viene de una planta que se pega a la ropa.
Para Jorge Leudro, uno de los concursantes, montarse en los tacones de sus compañeras no es fácil.
Pero Andres Santiago, otro de los participantes, se siente feliz de hacer parte de lo que llama un tributo a las mujeres. “Son lo más hermoso de la vida”, recalca.
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Quien se quede con la corona del Reinado del Cadillo se hace acreedor al dinero recolectado por los organizadores, que se esfuerzan para que esta tradición no muera.
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