En dos años, el mayor Jesús Villamizar envió a la cárcel a por lo menos cien delincuentes. Sesenta presos se unieron a su iniciativa en Santander.
El programa de inglés se adelantó en el Centro Penitenciario y Carcelario de Vélez, donde algunos reclusos intentaron entorpecer la labor con rechiflas, gritos e insultos.
Después de un año, los alumnos obtuvieron un diploma por sus estudios en lengua extranjera.