Sebastián Cruz empezó a trabajar en servicios generales en Peces vivos. Al tercer día quería renunciar al ver los abusos a los menores de edad.
En su relato afirma que no soportó ver los maltratos a los que eran sometidos los niños por eso se quedó por unos meses para recaudar pruebas y denunciar lo que allí sucedía.
Sebastián Cruz empezó a trabajar en servicios generales en la fundación Peces vivos. Al tercer día quería renunciar luego de ver los maltratos a los que eran sometidos los niños.
“Les pegaban pellizcos. La coordinadora ya estando amarrado los niños, los amarraban a una silla y ahí los niños se quedaban dormidos o ellos mismos de la misma impotencia se caían y se reventaban la boca y los labios. No eran capaz de llevarlos a un sitio para que los curaran”, dice Cruz.
Narra que era tal el horror que vivían los niños que por eso decidió recaudar pruebas para denunciar a la fundación.
“Para mí era aterrador porque ver a un niño gritar, suplicarme ayuda, decirme que lo ayudara que estaba sufriendo. Muchas veces un niño que fue muy allegado a mí, me decía tío, tío me quiero morir, acá no me alimentan, acá me maltratan. Mantenía llorando mantenía triste para mí fue demasiado doloroso verlo sufrir tanto”, agrega.
El secretario de Gobierno de Ibagué dijo que, al inicio de este año, se había ordenado el cierre del lugar, pero no pudieron ejecutarla por las acciones de los abogados de esa fundación.
Esta tarde la Fiscalía mostrará a la juez los videos, grabaciones de audio y fotos en las que se evidenciarían los vejámenes a los que fueron sometidos 11 menores en condición de discapacidad.
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Updated: octubre 21, 2017 06:14 p. m.