“Él era un gran niño, muy bien educado, con muchos sueños. Entró a la Policía porque había un futuro grande para él. Era una oportunidad para seguir progresando en el estudio, trabajar, conseguir su casa, su carro, formar una familia”.
Así se refirió Gloria García, casi en medio del llanto, sobre su sobrino Juan David Marmolejo, un joven nacido en Cali el 6 de agosto de 1994 pero que, el pasado viernes, las FARC se encargaron de acabar con sus sueños al atacar una camioneta de la institución en zona rural de Córdoba, municipio del sur de Nariño, donde murió junto con el comandante del Distrito de Policía de Ipiales, coronel Alfredo Ruiz Clavijo, y un civil que se movilizaba en moto por la zona.
Con un tono desolador, la tía de Juan David, quien llevaba dos años y cinco meses en la Policía ejerciendo funciones de vigilancia, dijo que él era una persona muy sociable, “tenía muchos amigos y amigas, era muy buen compañero”.
Juan David se graduó como bachiller del Liceo Santa Clara, ubicado en el barrio San Luis, lugar donde creció y decidió vincularse a la Policía Nacional para servirle a su país y tener un mejor futuro. “Pasó todas las pruebas, que son difíciles, y logró entrar. Estaba soltero. Estaba contento y feliz en la Policía y pasó esto”, dijo Gloria.
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Agregó que ella, el padre, madre, hermano y demás familiares de Juan David se enteraron de lo ocurrido por los vecinos y, dos horas después, la Policía les confirmó el lamentable hecho. “Todos los días hablábamos con él, al mediodía y por la noche. “Ese día nos llamó y nos dijo que iba a salir con el coronel y que a las 5:00 de la tarde, cuando regresara, nos llamaba, pero nunca lo hizo”, apuntó.
Finalmente, criticó la forma como el presidente Juan Manual Santos está llevando el proceso de paz con las FARC y lamentó también la manera en la que las FARC asesinaron a su sobrino. “A Santos se le salió de las manos todo esto. Tantas familias que estamos sufriendo. A él lo mataron a mansalva, ni siquiera murió peleando”, concluyó.
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Este sábado, el ministro de Defensa de Colombia, Juan Carlos Pinzón, anunció una recompensa de hasta 200 millones de pesos por información que permita capturar a los responsables del ataque, donde los uniformados fueron ultimados con tiros de gracia.