En una vivienda de aproximadamente 50 metros cuadrados, en el barrio Pízamos, oriente de la capital del Valle del Cauca, residen nueve venezolanos y siete colombianos que fueron expulsados del vecino país. Viven en precarias condiciones y de la caridad de los vecinos.
"La situación es crítica, no tenemos comida, comemos una vez al día. Si desayunamos, no almorzamos. Si almorzamos, no comemos. No tenemos trabajo", asegura uno de los deportados.
De los afectados, diez son menores de edad los cuales duermen en el suelo sobre colchones en mal estado, que les regalaron recicladores de la zona. Y de acuerdo con el ICBF, algunos de los niños presentan mala alimentación.
"Los niños deben dormir en el piso y cuando hay mucho frío nos da miedo de que les dé una pulmonía, hay cinco en una misma cama. Se levantan con dolores por no dormir bien", asegura una mujer venezolana en ocho meses de gestación, que también debió salir del vecino país
Pese a la mala situación en la que viven estas personas, algunos de los pequeños han podido volver al colegio, debido a unos cupos entregados por la Alcaldía Municipal para que estudien en instituciones públicas.
Updated: septiembre 10, 2015 08:00 a. m.