Dicen estar dispuestos a erradicar, pero advierten que Gobierno no ha llegado con un plan de sustitución serio. Así se convirtieron en campos de batalla sus parcelas.
Tumaco es la herida que no cierra…
El desembarco fue en la vereda El Vallenato. Según inteligencia militar, son tierras dominadas por alias ‘Guacho’, líder de disidencia de las FARC, uno de los tantos grupos criminales que están dominando estas tierras anegadas en cultivos de mata de coca.
Mario llegó del Cauca hace 18 años al Alto Mira, lo trajo el rumor de la bonanza cocalera en Nariño. Aquí echo raíces. Él representa a las 5 mil familias de las 36 veredas asociadas que claman seguridad y justicia campesina.
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“Gobierno habla y habla de sustitución, pero no nos han llegado con ningún programa de eso y actualmente están erradicando”, asegura Mario Rodríguez.
Al interior del territorio se movilizan en motos por senderos serpenteantes. Algunos los señalan como caminos asfaltados hechos por narcos para movilizar sus cargamentos de coca hasta llegar a los ríos Mira y Mataje que desembocan en el pacífico o conectan la ruta de esmeraldas en ecuador, donde por años se han movilizado toneladas de coca.
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Además, advierten estas comunidades que son caminos veredales construidos en mingas campesinas, producto del dinero que, si bien deja la bonanza cocalera, ha servido para construir puentes, escuelas, sistemas de energía rudimentarios.
En veredas como Vallenato, Las Brisas, Puerto Rico, El Playón, El Tandil y El Divorcio se pueden contar más de 10 mil familias dedicadas a la siembra de la llamada "mata maldita" por unos, pero que para ellos es la salida a las grandes dificultades económicas.
Aun así, al interior de Tumaco, brigadas del Ejército se encuentran erradicando y filas de campesinos se oponen a ellas con cordones humanos que suelen hacer en sus protestas. Se respira tensión en el ambiente.
Y es que esta situación es bastante similar a la que ocurrió en la vereda El Tandil y terminó en masacre.
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Entretanto, líderes campesinos estiman que el Gobierno se equivoca en su estrategia y piden un plan de sustitución que lleve progreso a zonas abandonadas.
Así es esta zona al interior de Tumaco, un lugar con cicatrices, un punto geográfico macondiano donde no pasó nada, pero puede pasar de todo.
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Vea, además, el informe: Tumaco, la herida que no cierra
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