El documento pone en duda la responsabilidad de los tres sucreños capturados como responsables del crimen.
"Me preguntaron qué hice el 2 de noviembre y les dije que el 2 de noviembre, a las 2:00 a.m., estaba enterrando a mi abuelita, que murió el día anterior", lo dice Flaminy Tovar, a quien no le bastó este argumento para demostrar su inocencia.
Él paso siete años en prisión, señalado de ser uno de los autores del atentado que le quitó la vida a Álvaro Gómez Hurtado el 2 de noviembre de 1995.
Ahora en libertad, dice que su inocencia era un secreto a voces: “Esto ha sido lo más duro de mi vida porque en la cárcel la vida no vale nada”.
Cómo Tovar, otro hombre, que prefiere no ser identificado, también fue encarcelado bajo el mismo señalamiento.
“Cuando uno es capturado y es crucificado por algo que no ha hecho, eso es como una muerte moral”, dice.
Ambos recobraron su libertad en 2001 tras una larga batalla judicial; esa misma que enfrentaba Héctor Paul Flórez, pero él no corrió la misma suerte: lo condenaron a 40 años, de los que ha pagado 18 tras las rejas.
¿Cómo resultaron implicados?
El testimonio de Carlos Lugo, entonces informante de la Dijín de la Policía, que advertía que estuvieron en Bogotá el día de los hechos los puso en el banquillo de los acusados.
Paradójicamente, los tres sí estuvieron en un mismo evento ese día: un sepelio en Sincelejo, Sucre.
"Lugo dijo que nosotros le habíamos contado que el 3 de noviembre, un día después, nos habíamos reunido en Mi tumbao y después habíamos salido para Altamira, que le habíamos dicho que sí habíamos hecho la vuelta, que la vuelta se había dado", cuenta Héctor Paul Flórez, condenado por el magnicidio.
Y es que la justicia le creyó al hombre que hoy está sentenciado por mentir para quedarse con la recompensa de 2.500 millones.
Tuvieron que pasar 23 años para que el mencionado informe del 27 de noviembre de 1995, elaborado por los investigadores de la Dijín que les seguían la pista a los autores del crimen, llegara al proceso.
Este, entre otras cosas, decía: No se puede concluir que los señores FLAMINY DE JESÚS TOVAR, MANUEL MARIANO MONTERO y HÉCTOR PAÚL estuvieron durante los días 01-11-95 y 02-11-95 en la ciudad de Sincelejo (Sucre) y que la noche del 03-11-95 no visitaron los establecimientos públicos de razón social ALTAMIRA y MI TUMBAO.
Por eso Flórez cuestiona “hasta dónde llegó la mano de personas que trataron de desviar el proceso, hasta dónde llegó el poder de ellos. Yo siempre he dicho que hubo una mano nefasta oscura que desvió el proceso de Álvaro Gómez”.
El caso rosa lo absurdo, tanto que, aunque Héctor Paúl es el único condenado por el crimen declarado de lesa humanidad, la propia familia de Álvaro Gómez Hurtado asumió su defensa, convencida de que se desvió la investigación.
El informe pasó por las manos de varios funcionarios y se refundió en los anaqueles del archivo de la Policía hasta donde la propia Fiscalía fue a buscarlo apenas el año pasado.
A Flórez, quien ha pasado la mitad de su vida en prisión, solo le queda un recurso: la Corte Suprema de Justicia decidirá la suerte del único condenado por el magnicidio.
Por la desviación de la investigación, que terminó con la judicialización de estos tres sucreños, tres policías de la época fueron escuchados por la Fiscalía.
En contexto:
Indagatoria a tres policías señalados de desviar investigación en asesinato de Álvaro Gómez Hurtado
Archivan investigación contra el general (r) Rito Alejo del Río por el magnicidio de Álvaro Gómez
Updated: febrero 17, 2019 08:27 p. m.