La madre de familia que enfrenta peligros de la noche a bordo de un taxi en Cali

Trabajar en las noches como taxista en Cali puede llegar a ser aterrador, pero esto no es un obstáculo para Elizabeth Muñoz, quien todas las noches toma su bolso, se despide de su mamá y de sus hijos, sube a su taxi y así iniciar el trabajo con el que hace tres años sostiene a su familia.

“Me siento muy capaz de hacerlo, no es malo tampoco. Tiene sus peligros, sus riesgos como todas las profesiones, pero me siento a gusto haciéndolo”, dijo Muñoz.

Elizabeth, de 45 años, se coloca detrás del volante de su vehículo todos los días. Cuenta que es una profesión riesgosa, pues ya ha sido víctima de la delincuencia.

“Me confié que habían varios taxis recogiendo carreras en ese lugar y resulta que el señor que estaba llevando era un atracador, muy bien arreglado, perfumado, yo no tuve la desconfianza”, agregó.

En las calles de Cali se ve todo tipo de situaciones, pero en la noche puede llegar a ser más complejo, por lo que esta arriesgada mujer manifestó que ha aprendido a reconocer la inseguridad y cómo alejarse de ella. “Generalmente en esta profesión se aprende a despertar un instinto donde rara vez se equivoca, donde usted ve un tipo y se da cuenta que viene a robarlo”.

A esta madre no le importan los riesgos a los que debe enfrentarse, pues lo hace por el bienestar de su familia. “Soy madre cabeza de hogar, yo respondo por todos, ellos felices, no dejan de preocuparse pero ya entendimos”, concluyó.

Estela Rivera, madre de Elizabeth, dijo que no le sorprende que una mujer tome el riesgo de conducir en la noche. Sabe que es un sacrificio que tiene grandes recompensas y que lo mejor que se puede hacer, es pedir por su protección.

“A cada ratico le pido a Dios que la ampare y la favorezca de todo peligro”, afirmó Estela Rivera.

“La admiro mucho porque lo hace muy bien”, agregó Vanessa Castañeda, hija de Elizabeth.

Esta mujer guerrera y apasionada por su trabajo asegura que mientras su familia esté bien, ella seguirá al frente del timón ganándose el pan de cada día.