David Andrade, de 30 años, estaba escondido en un tambor de combustible cuando intentaba robar un local comercial en Pasto. Lo que el delincuente no calculó fue que se iba a quedar atrapado en el barril.
“Los empleados salen, la caneca queda adentro y desafortunadamente hay un delicuente, extrabajador, con la estrategia del Chavo del 8 o del Caballo de Troya. Hace un recorrido, hurta unos elementos y nuevamente se introduce dentro de la caneca con tan mala suerte que en horas de la mañana queda bloqueado y no puede salir”, explicó el coronel Javier Pérez, comandante de la Policía.
Mientras este delincuente fue víctima de su propio invento, otro utilizó su ingenio para transformar un simple lapicero en un arma de fuego.
“Identificamos al delincuente y nos llevamos la sorpresa de que el lapicero era un dispositivo como arma de fuego calibre 22”, dijo Pérez, quien instó a las personas a usar su ingenio y creatividad para el bien, no para “dañar a otros”.
Updated: enero 20, 2015 11:09 a. m.