La tragedia en El Espinal, Tolima, puso en evidencia varias fallas que con eventos como este ponen en riesgo a cientos de personas. Quienes buscaban celebrar tradiciones, no sabían o no tuvieron en cuenta que sus vidas dependían de unos pocos lazos que unían las tablas con los parales en guadua.
De hecho, fue una plaza de toros terminada a última hora, según sus propios organizadores.
“Se hicieron a última hora porque material llegó como tarde. Una parte del material se fue para adelante, porque lo hicieron como a las carreras y gente con falta de experiencia en eso”, comentó el organizador de los palcos.
Asotoros, Asosiación que lleva 11 años realizando corralejas por todo el país, criticó la logística del evento.
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“Faltó un poquito de analizar si la infraestructura que se había organizado era realmente resistente al público que asistió en la tarde. Vemos que fue construida en caña guadua y amarrada con cabuya. No se hace de 3 pisos, se hace un solo piso”, aseguró Guillermo Preciado Lorduy, presidente de Asotoros.
- Niño de 3 años, entre los fallecidos del desplome de una gradería en la plaza de toros de El Espinal
Para la Dirección Nacional de Bomberos Colombia, todo evento de concentración masiva demanda varios requisitos.
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“En este caso puntual de El Espinal no se surtió esa solicitud, por ende, no hubo inspección. Inspección que seguramente hubiera tenido alguna recomendación, tanto por las acciones inseguras, como por las condiciones”, aseguró el capitán Charles Benavides, director de Bomberos.
Una emergencia que deja muchos interrogantes en cuanto a estructura, protocolos de seguridad y sobrecupo.