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La construcción, que ni siquiera cumple las normas de sismorresistencia, les costó 3.000 millones de pesos a los habitantes de Valledupar.
Los trabajos fueron contratados hace 10 años y el proyecto buscaba dar un espacio a los vendedores ambulantes de la capital del Cesar. Supuestamente, 500 comerciantes informales se iban a beneficiar.
“Con unas cuantas varillas, con unos cuantos tubos de galvanizados, no iban a caber 30 vendedores ambulantes. Entonces, la plata se perdió y para complemento ya tenían listo otro contrato por valor de 4.000 mil millones de pesos más”, denuncia el veedor ciudadano, Jaine Mora.
Mientras se define el futuro del proyecto del centro comercial La Granja, sigue la invasión de espacio público en el centro de Valledupar.
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