Los músicos se lamentan de lo que robaron pues son elementos de difícil comercialización, por lo que le ofrecen al ladrón una recompensa en canciones. Entre el repertorio prometen incluir una canción aleccionadora.
Por fortuna el ladrón no se llevó un acordeón ni los sombreros, tampoco el equipo de la amplificación que guardaban en el baúl. De haberlo hecho, los mariachis definitivamente no puede continuar con su trabajo.
Entre los elementos robados están también 500 tarjetas de promoción, con la dirección y teléfono del mariachi.
De no aceptar la oferta en música, estarían dispuestos a pagar el equivalente al valor de una serenata.
Updated: julio 10, 2015 01:36 p. m.