Una fundación animalista de Bogotá, con apoyo de una concejal y la Policía de Medio Ambiente, trajo a Bogotá más de 270 gatos que estaban a la deriva en la capital de Magdalena.
Sin ayuda de las autoridades de esa región, consiguieron la manera de transportarlos. No obstante, la suerte no los acompañó, pues en el trayecto hubo un choque y los animales fueron retenidos el fin de semana en Bucaramanga.
Para no dejarlos morir, tuvieron que ser atendidos en diez veterinarias de esa ciudad, lo que dejó una deuda de 15 millones de pesos.
Los gastos no terminan ahí, pues aún falta estabilizarlos, valorizarlos y esterilizarlos para luego ponerlos en adopción.
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Desde la capital hacen un llamado a las autoridades de Santa Marta para que presten atención al problema de la sobrepoblación de gatos.