Un niño de 3 años que iba en los brazos de su padrastro a bordo de un vehículo particular es la más reciente víctima mortal de los ataques sicariales en Cartagena, la capital de Bolívar.
Este año, las muertes violentas ya suman 167. La mayoría se atribuye a confrontaciones entre bandas del microtráfico, pues 128 de estas víctimas registraban antecedentes judiciales.
Según el alcalde de Cartagena, William Dau, gran parte de estas actividades relacionadas con droga son “dirigidas por cinco personas que actualmente se encuentran en la cárcel, tres en la cárcel de Ternera y dos en Cómbita”.
Aunque se incrementaron las recompensas, los patrullajes preventivos y se creó un escuadrón antihomicidios, los ataques armados no cesan.
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Para mitigar la ola delictiva, en las últimas horas la dirección nacional de la Policía dispuso un refuerzo de 70 nuevos uniformados en las calles de Cartagena.