Otro sector afectado en el departamento de Nariño es la salida de alimentos como la papa, que permanece represada en diferentes bodegas y plazas de los municipios.
Interminables filas de vehículos se observan en las pocas estaciones de servicio que venden el combustible en la ciudad de Pasto.
Por decreto, estas solo pueden vender diez mil pesos para motos, veinte mil para carros particulares y treinta mil para vehículos de servicios público.
"Nosotros ahí estamos graves, nosotros que trabajamos como domiciliarios, necesitamos el combustible para trabajar”, dice Nixon Vallejos, mensajero afectado,
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"Se trabaja menos porque uno mientras hace fila pierde todo el tiempo para trabajar y todo. Claro, menos plata para todo", manifiesta Róger Bolaños, motociclista.
Por su parte, los taxistas se quejan de la dificultas para conseguir el combustible.
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"Tres horas, muy mal. Francamente perdemos mucho tiempo aquí y lo que nos venden son treinta mil pesos. No alcanza para todo el día”, señala Segundo Alberto Pantoja, taxista afectado.
Los materiales de construcción también empiezan a escasear, debido a que la carga pesada quedó bloqueada en la vía Panamericana. Debido a esta situación, las obras podrían quedar paralizadas en el departamento.
"En las últimas dos semanas no hemos podido recibir materiales, tenemos más o menos diez mulas quedadas en Santander de Quilichao, que no han podido llegar con el material. Ya tenemos desabastecimiento de lo que es toda la línea de acero de construcción", explica Luis Enrique Yela, jefe logístico de ferretería.
Ciudadanos piden al Gobierno nacional hacer lo necesario para que, a través del dialogo, se logre la apertura de la vía.
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