Este hombre, dedicado al servicio de su comunidad y padre de familia, ha tenido que luchar para salvar su vida.
Si bien es cierto que de cada 200 mujeres, un hombre sufre cáncer de seno, esto no quiere decir que los casos no ocurran.
Por ello, Julio decidió ponerle rostro y pecho a la enfermedad desde su vocación pastoral.A principios de 2011, una consulta médica le habló de su nueva realidad. La biopsia determinó que su cáncer era grado 3, de 4 existentes.
Relata que, antes de la cirugía, en un acto de intimidad, habló con Dios para preguntarle por qué le sucedía esto a él.
Poniéndole el alma a su salvación, hizo el recorrido de su enfermedad. Hoy está estrenando vida. En su cuerpo algo cambió, lleva una cicatriz en su pecho.
"Yo siempre que la veo, veo la gloria de Dios ahí, veo que tengo una oportunidad de vivir, una oportunidad de seguir sirviendo, de mejorar y ayudar a aquellas personas que sienten que es el fin de sus vidas", relató el pastor.
El pastor Julio no ha perdido su buen humor; dice que los pastores también se enferman y por eso decidió romper el mito de los hombres y mostrar su pecho.
Updated: julio 28, 2017 04:59 p. m.