El pintor Julián Martín Orozco vive en Ocaña, Norte de Santander, y hace paisajes o retratos con una técnica que aprendió en ecuador hace 25 años.
Debido a la crisis económica provocada por el COVID-19, ahora Julián anda por la plaza principal del municipio con un letrero: “se cambia arte por comida”, allí apela a la solidaridad de la gente.
"Ni el bono solidario que estaba dando el gobierno, no me ha llegado nada; ni de los artistas que estaban dando el fondo, tampoco salí beneficiado", cuenta.
Solo en Ocaña, 500 artistas quedaron sin empleo tras el aislamiento preventivo.