Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
En la madrugada del 10 de diciembre de 2025, exactamente a las 3:27 a. m., un temblor de magnitud 5.8 sacudió a Colombia con epicentro en Los Santos, Santander. El Servicio Geológico Colombiano (SGC) confirmó que el temblor se originó a unos 150 kilómetros de profundidad, en la región conocida como la Mesa de Los Santos. Aunque resulte sorprendente para muchos, este tipo de sismo no causó daños visibles en superficie. No obstante, se percibió con fuerza en regiones distantes como Antioquia, Boyacá, Cundinamarca, e incluso Bogotá. El SGC registró más de 4 .000 reportes en al menos 482 municipios, con una percepción máxima de intensidad 7 y nivel instrumental IV.
(Síganos en Google Discover y conéctese con las noticias más importantes de Colombia y el mundo)
¿Por qué este epicentro? ¿Qué hace que este territorio tiemble con tanta frecuencia? El Servicio Geológico aporta explicaciones fundamentadas: esta es una región con alta actividad sísmica constante. En Los Santos se hallan lo que denominan uno de los nidos sísmicos más activos del mundo.
"La región de de la Mesa de los Santos es una de las zonas sísmicas más activas del planeta. Aquí encontramos lo que denominamos un nido sísmico que libera energía sísmica todos los días. Por eso sentimos temblores con frecuencia en esta región. Este sismo del día de hoy de 150 km de profundidad tiene como particularidad que por lo general no presentan daños en superficie, pero sí son ampliamente sentidos a lo largo de todo el territorio colombiano", explicó Freddy Tovar, sismólogo de la Red Sismológica Nacional del Servicio Geológico Colombiano.
Un nido sísmico es una zona donde se concentra actividad sísmica permanente. En estos lugares, pequeñas tensiones en la corteza terrestre se liberan continuamente mediante pequeños temblores. El nido de Bucaramanga, región que incluye a Los Santos, representa cerca del 60 % de la sismicidad total registrada en Colombia.
Comparativamente, solo dos zonas son similares a nivel global: Hindu Kush (Afganistán/Pakistán) y Vrancea (Rumania). Se trata, por tanto, de una zona de actividad intermedia (profundidad alrededor de 150 km), pero constante, con decenas de sismos diarios, aunque usualmente de baja o moderada magnitud. El SGC explica que esta actividad se debe a “fragmentos de placas tectónicas antiguas, ya inmersas o subducidas en el manto terrestre”, que interactúan de manera compleja en esa región, liberando energía casi a diario.
Los sismos intermedios, como el ocurrido a 150 kilómetros de profundidad, presentan características muy particulares que vale la pena entender. Por un lado, la ventaja de esta profundidad es que, al estar tan lejos de la superficie, la onda sísmica pierde parte de su energía antes de llegar a las estructuras y edificaciones. Esto significa que, aunque el temblor se perciba con fuerza, el riesgo de daños graves disminuye considerablemente. Así lo han explicado medios como El Tiempo, Red+ Noticias y El Nuevo Siglo, que coinciden en que la profundidad actúa como un amortiguador natural.
Sin embargo, las ondas sísmicas, al originarse tan profundo, se propagan con facilidad y alcanzan regiones muy lejanas. Esto explica por qué un temblor con epicentro en Los Santos puede sentirse en departamentos como Antioquia, Boyacá, Cundinamarca e incluso en ciudades como Bogotá. La amplia percepción del movimiento se debe a que la energía se distribuye en todas las direcciones, sin disiparse por completo en su recorrido.
Publicidad
ÁNGELA URREA PARRA
NOTICIAS CARACOL