Hace dos años, Colombia vivió una de las pérdidas territoriales más grandes en su historia. El Tribunal de La Haya le quitó al país unos 75 mil kilómetros cuadrados de mar y se los entregó a Nicaragua.
Aunque el Gobierno Nacional dijo que el fallo no era aplicable, en las últimas horas, el presidente Santos anunció que buscará un tratado con el país centroamericano.
Pero, ¿cómo viven su cotidianidad los raizales del archipiélago luego del anuncio de la Corte Penal Internacional, más allá de los trámites administrativos o diplomáticos que se surten?. Noticias Caracol indagó sobre la difícil situación que viven pescadores o personas dedicadas al turismo, entre otros.
"Tengo 7 días blanqueado. No peso nada y en cambio la gasolina me vale 80 mil pesos”, cuenta el pescador Manuel Cubillos, quien a sus 51 años, como sus botes amarrados a muelles él mismo se siente maniatado y a duras penas dice mantenerse a flote.
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Presas del miedo ante posibles retaliaciones de las autoridades nigaragüense, ahora los pescadores no miden fuerzas en las extenuantes faenas mar adentro, sino en las más calmadas partidas de los juegos de azar.
Y es que desde 2012, el 19 de noviembre se volvió en el caribe colombiano, un día de mal agüero, tal y como un martes 13."Ese fallo fue terrible”, agrega otro sanandresano, Jairo Daiqui.
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